Seguridad

Un instructor de defensa personal: "Es clave para el empoderamiento de las mujeres"

Xevi González, que enseña a huir de las agresiones, reivindica la necesidad de fomentar esta disciplina desde los ayuntamientos ante la creciente demanda

Xevi González

Xevi González

Laura Serrat

Xevi González (Manresa, 1972) imparte cursos de defensa personal femenina en la Cataluña desde hace 15 años con el colectivo Tallers DPF, un grupo de instructores y expertos en seguridad con más de 20 años de experiencia. De hecho, los años dedicados al mundo de la seguridad privada le llevaron a interesarse por una disciplina que cada vez genera mayor interés entre las mujeres para saber cómo reaccionar ante una agresión.

¿El interés por tener nociones básicas de defensa personal ha subido entre las mujeres en los últimos años?

La sensación de inseguridad lleva a muchas mujeres a inscribirse en talleres y cursos de defensa personal femenina como un método para saber prevenir y reaccionar ante una agresión. Se trata de una práctica que puede ayudar a disipar los temores y empoderar a las mujeres, pero que requiere tiempo y paciencia y, al mismo tiempo, de un técnico especialista que conozca realmente las claves de la disciplina.

¿A partir de qué momento se empezó a reconocer como una disciplina separada de otras artes marciales?

En su origen, era una práctica asociada a técnicas militares con estrategias de combate y autodefensa hasta que, a mediados de los 90, la Federación Española de Luchas Olímpicas la reconoció como una disciplina no deportiva, partiendo de la base de que se inspira en otras artes marciales como el sambo o el 'grappling', pero no busca la confrontación, sino que trata de evitar la violencia.

¿Cuáles son las principales claves que se enseñan para evitarla?

En la defensa personal femenina se busca la respuesta más efectiva para sortear las agresiones más frecuentes, desde el gesto más sutil hasta una violación. El principal objetivo es evitar el combate, abrir una puerta para huir y salir ilesa, a partir de incorporar unos movimientos, a base de la repetición, que pueden ayudar a reaccionar en caso de un ataque, a no quedarse se paralizada. Estamos hablando de una disciplina muy complicada que a menudo se vende como si fuera sencilla.

¿Quién puede impartir clases de defensa personal femenina?

El principal problema es que hoy en día cualquiera se ve capacitado para impartir clases o talleres sin tener los conocimientos ni las titulaciones necesarias, aprendiendo algunas técnicas por internet o aplicando una marcial en la defensa personal femenina. Para evitarlo, debería crearse una oferta formativa sólida en Catalunya, teniendo en cuenta que las titulaciones oficiales como instructor de defensa personal femenina se cursan en Madrid, así como fomentar una programación continuada de clases y talleres para dar respuesta al interés creciente por parte de las mujeres.

¿Ha trasladado a los ayuntamientos la iniciativa de ofrecer cursos continuados de defensa personal femenina?

De forma reiterada, pero a menudo cuesta que el interés por programar clases de defensa personal femenina se extienda más allá de fechas señaladas como el 8-M o el 25-N. Durante estos días, suelen ofrecerse talleres gratuitos, pero con un solo día es complicado aprender las técnicas de la disciplina, de forma que la propuesta de nuestro equipo de instructores especialistas es poder colaborar con algún ayuntamiento para ofrecer una vez al mes clases gratuitas, dando la posibilidad a las participantes de federarse en la disciplina.

¿Hace falta más mujeres instructoras en defensa personal femenina?

En esta disciplina es clave contar con la participación tanto de mujeres como de hombres. La mayoría de las clases cuentan solo con presencia femenina, pero, en nuestros cursos, damos la posibilidad de realizar alguna sesión mixta, siempre con el consentimiento de las participantes, porque entonces la aplicación de las técnicas resulta más real. Sin embargo, siempre hay que velar por que las participantes se sientan cómodas. En las clases a menudo vienen personas que han sido víctimas de violencia machista, de forma que debemos ser capaces de crear un espacio seguro para ellas.

¿Cómo ve de cerca el escenario en el que no haga falta aprender a defenderse de las agresiones?

Ojalá fuera un futuro próximo, pero, por desgracia, nos encontramos ante un contexto en el que las agresiones son cada vez más violentas, con el agravante de que una parte de ellas se cometen en un entorno de confianza. En los últimos años, se ha avanzado en el trabajo de concienciación a las nuevas generaciones sobre la violencia de género, pero mientras se sigan produciendo agresiones sexuales es básico que las mujeres puedan sentirse empoderadas.

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