David Sancho, premio "Severo Ochoa": "En ciencia somos un país de segunda con talento de primera"

El virólogo Luis Enjuanes, responsable de la vacuna intranasal contra el covid, prevé entrar en una fase avanzada de pruebas "en un año"

Por la izquierda, César de Haro –secretario general de la Fundación Severo Ochoa–, el consejero de Ciencia, Borja Sánchez; David Sancho, Regina Revilla, presidenta de la Fundación; Ignacio Villaverde y Luis Enjuanes. | |  LUISMA MURIAS

Por la izquierda, César de Haro –secretario general de la Fundación Severo Ochoa–, el consejero de Ciencia, Borja Sánchez; David Sancho, Regina Revilla, presidenta de la Fundación; Ignacio Villaverde y Luis Enjuanes. | | LUISMA MURIAS / Marcos Palicio

David Sancho Madrid (Cartagena, 1972), biólogo, director del laboratorio de inmunobiología del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), repartió trozos del premio "Carmen y Severo Ochoa" de biología molecular entre los miembros de su equipo y utilizó el ejemplo del Nobel luarqués para pedir ayuda. Al recoger su galardón, el primero que se entrega en Asturias después de 27 ediciones de actos en Madrid, el investigador distinguido citó "la semilla" que sembró Ochoa, reclamó apoyo y mejor financiación para regarla y concluyó que "para que otros Severo Ochoa no tengan que hacer sus principales contribuciones fuera de España" la ciencia española necesita "trabajar con fondos dignos de la cuarta economía de la UE".

"Seamos realistas", concluyó, "ahora mismo somos un país de segunda en investigación científica, y nos sobra talento para subir a primera". Mencionó entonces el lejano objetivo del tres por ciento del PIB invertido en ciencia –España no llega al uno– y tras reivindicar el valor de la investigación básica, como la suya y la de Ochoa, frente a la tendencia de poner la mayor parte de los huevos de la financiación en la "muy aplicada", dejó en el paraninfo del Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo un "no seamos cortoplacistas" que sonó a invitación a la autoridad competente para estimular la apuesta por el "círculo virtuoso" de la ciencia.

El galardón premia, en esa línea, su esfuerzo por "conocer mejor cómo funcionan las células del sistema inmunitario", en la doble dimensión que tienen sus respuestas positivas en el ataque contra a la infección o el cáncer y las perjudiciales frente las enfermedades autoinmunes. Se trata de entenderlas "para poder manipularlas y generar herramientas de inmunoterapia capaces de vencer a las patologías con componente inmunitario". En la batalla contra el cáncer, ejemplifica, la inmunoterapia está en plena "revolución en los últimos diez o quince años y nosotros estamos contribuyendo a ese campo", pero también hay otros de investigación más novedosa, y cita las enfermedades inflamatorias o cardiovasculares, donde sus investigaciones pueden ayudar. Menciona el ejemplo de la arterioesclerosis y resume: "Nuestro sueño y vocación es luchar contra la enfermedad".

David Sancho agradeció su galardón en un acto que presidió el rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde, y que el virólogo Luis Enjuanes arropó con una "lección conmemorativa" de repaso al origen, la evolución y las vacunas del nuevo coronavirus. En su condición de jefe del Laboratorio de Coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología, y de responsable de la investigación que busca la versión española de la inmunización contra el SARS-CoV-2, Enjuanes volvió a la génesis de la pandemia y desmontando mitos trumpistas sobre el laboratorio de Wuhan remontó el tiempo hasta este presente en el que "la cosa ha evolucionado mucho, pero aún tenemos coronavirus para rato".

La vacuna española

Por ahora, en el camino hacia la vacuna intranasal que persigue su equipo "hemos comprobado que el sistema funciona y es seguro, estamos en contacto con una compañía española y ahora tenemos que aumentar los rendimientos. Estamos pasando de la ‘tecnología de laboratorio’ a ‘de producción’", señala, y a "la pregunta del millón" sobre el plazo para el mercado responde que "si todo fuera normal", en aproximadamente un año tendrían que poder empezar las pruebas en monos macacos, lo que "implica ya que la cosa está muy avanzada".

Enjuanes, el séptimo investigador con más antigüedad en el estudio de los coronavirus, se introdujo en el proceso de gestación de una vacuna singular por su método de administración. Defendió la vía intranasal de su proyecto como la más eficaz para la inmunización frente a un virus respiratorio y destacó que con la intramuscular de las vacunas que están siendo administradas "se pierde hasta el 95 por ciento de la potencia de una vacuna que puede ser maravillosa". El reverso de su método está, no obstante, en la dificultad que representa la proximidad entre las vías respiratorias y el cerebro de cara a su aprobación. "Tienes que aportar muchas pruebas para convencer a las agencias nacionales de que son seguras y no se escapa nada hacia el cerebro", remata.