En el partido número trece de la temporada, se estrenará Diego Mariño Villar (Vigo, 9-5-90) como portero titular del Sporting. A su espalda, el dorsal número trece. Mariño, que llegó a Gijón para discutirle la titularidad a Cuéllar, entra en juego en el Santiago Bernabéu, el campo del líder. Un caramelo envenenado que le sabe bien al guardameta: "No tiene por qué ser un marrón". Lo que es seguro es que tendrá trabajo a destajo para intentar frenar las acometidas blancas, con Ronaldo y Benzema como principales amenazas.

El portero gallego prefiere mantener la prudencia por respeto a su compañero Whalley, aunque el escalafón está claro. "No lo sabemos aún, puede ser, pero hay que esperar a que el entrenador dé la alineación porque estamos dos compañeros y hay que decidirse por uno", sentencia Mariño a pie del autocar.

No parece el mejor momento para entrar en el equipo, por la grave serie de resultados en la que se encuentra inmerso y por la dificultad del envite. "Nunca se sabe, hay veces en que puede saltar la sorpresa cuando menos te lo esperas", pronostica el guardameta, que hasta ahora sólo había disputado partidos amistosos con el Sporting. Se da la circunstancia de que Mariño tiene muchas opciones de encadenar dos partidos seguidos como titular. Tras visitar el Bernabéu, el Sporting recibe al Éibar en Copa del Rey.

El portero piensa en el bien colectivo y desea que "nos puedan salir las cosas bien, que nos salga un buen partido y a ver cómo se nos da". Hasta ahora, Diego Mariño ha venido haciendo un trabajo sordo que sólo le ha valido para sentarse en el banquillo, algo que asume con la naturalidad del especialista. "La posición del portero es así, tienes que esperar tu oportunidad, trabajar mucho y, cuando no estás jugando, prepararte para cuando te llegue la ocasión de estar al máximo nivel", argumenta el gallego que muestra su deseo de aprovechar la oportunidad que se le presenta por alto que sea el muro a saltar: "Ojalá podamos responder bien".

Uno nunca puede elegir dónde se le presenta la oportunidad, pero el escenario no altera al vigués. "Me da igual, cualquier partido es bueno siempre para debutar, para estrenarse con la camiseta y tener la oportunidad", arranca para continuar señalando que "jugar es bonito y es lo que todos queremos y me da igual que sea el Bernabéu, que sea El Molinón".

Lo que tiene claro es que va a ser un día de mucha labor. "Seguro que va a ser un partido muy duro, en el que nos van a venir por todos lados y hay que estar noventa minutos a tope", concluye.