No hubo mayores sorpresas en la alineación de Paco Herrera, en la que no quedó sitio para Carlos Castro, tampoco en la Copa. El mensaje del técnico está claro, más allá de las declaraciones políticamente correctas. También quedó clara la opinión de la grada, crítica con la retirada de Scepovic y con el de Ujo. El resto fueron los previstos, con Moi Gómez, muy inspirado tras su paternidad, cargando por la izquierda y Nacho Méndez pilotando la nave junto a Álex López. El gesto del día, lo tuvo Herrera con Rachid al que incluyó por primera vez en la convocatoria.

La eliminatoria se inclinaba a favor de obra con un Sporting intenso, agitado por la sed de venganza. La salida fue tan efervescente que llegó a parecer un paseo triunfal. Lo llegaron a creer los rojiblancos, que buscaron el preciosismo, en detrimento de la eficacia y el ritmo fue decayendo a medida que las fuerzas se nivelaban. Fue un espejismo. Los rojiblancos dominaron sólo en esta fase, en la que hicieron un gol y les anularon otro de forma injusta, y en el segundo tiempo de la prórroga. El resto fue terreno perdido.

Todo el mundo sabe que al Numancia hay que ganarlo varias veces en un mismo partido, porque nunca ceden. El conjunto soriano fue dando pasos al frente y, como al principio, comenzó a medir la solvencia de Dani Martín. Hasta que, en una contra, Dani Nieto vio el enorme espacio a la espalda de Isma López y lanzó a Nacho. El extremo no pudo superar al portero gijonés, que volvió a lucirse con una mano abajo. La pelota quedó muerta en el punto de penalti, donde llegaron dos futbolistas visitantes. Higinio tenía el gol de cara y lo encontró con un remate raso, a la cepa. Inalcanzable para el debutante.

El Sporting reaccionó con garbo al empate. Lora pudo poner de nuevo en ventaja a los locales tras una buena acción de Moi Gómez con pase atrás para la llegada del capitán, que no pudo superar a Munir. El partido se afeó tras el descanso. Una pifia de Álex Pérez dejó un balón suelto en el área que de nuevo salvó Dani Martín con el pie. Un discutido penalti por mano inexistente de Xandao, terminó de coronar al guaje, que intuyó el tiro de Nieto.

Los cambios de Herrera tampoco levantaron al equipo y solo la entrada de Santos ofreció mordiente. De la fe del uruguayo nacieron las dos ocasiones más claras del Sporting. Primero Santos picó un balón que Munir desvió al larguero, luego ganó un balón perdido y sacó un centro duro y raso que se le pasó a Carlos Castro entre las piernas en boca de gol. El de Ujo tuvo otra muy clara en el arranque de la prórroga, pero ignoró la posición franca de Santos para disparar fuera. Dani Martín tuvo tiempo de desviar al poste un latigazo de Grego tras una pérdida de Álex Pérez.

Los penaltis hicieron justicia a los méritos de ambos equipos y a la mala selección de tiradores del Sporting. La Copa deja a los rojiblancos dando tumbos y con cierta desorientación.