Han pasado ya 28 años desde que un trágico accidente de carretera dejó al fútbol sin el talento innato de la perla negra Laurie Cunningham, pero su recuerdo perdura en todos los clubes por los que pasó. En especial, en el Leyton Orient británico en el que despegó su carrera profesional. Esta semana su primer club ha inaugurado una estatua de 2,2 metros de altura en los Coronation Gardens que rodean su estadio. Al emotivo homenaje asistieron muchos de los que fueron sus compañeros de equipo, seguidores y directivos del club y, por supuesto, familiares del futbolista tristemente fallecido.

Cunningham defendió la camiseta del Sporting en la temporada 1983-84, en calidad de cedido por el Real Madrid, y disputó cuarenta partidos. Cunninghan quedó para la historia por ser el primer jugador de color en vestir la camiseta de la selección inglesa sub-21. Además, este delantero de origen jamaicano, fue también el primer futbolista nacido en Inglaterra que jugó en el Real Madrid y uno de los pocos jugadores del conjunto blanco que salió ovacionado del Camp Nou. Cuando sufrió el fatal accidente que le costó la vida, era jugador del Rayo Vallecano. Su figura queda para siempre golpeando un balón.