"Hay que transformar la tristeza por el fallecimiento de Quini, en motivación para ganar al Sevilla Atlético". Rubén Baraja aspira a dedicar una victoria al Brujo el domingo, en la visita al Viejo Nervión. El entrenador de Sporting reconoce que el vestuario lo está pasando mal, pero espera que la pérdida de una figura tan importante en la historia del club se torne en estímulo para zanjar con una racha de más de cuatro meses sin triunfos a domicilio. La semana que viene, de hecho, se cumplirá una vuelta sin conseguirlo.

"Ha sido una semana especial, diferente en todos los sentidos. Semana triste y de sentimiento para el sportinguista. Desde el 'shock' de la noticia y el gran dolor que ha supuesto para nosotros hasta su despedida, que fue muy emotiva. No es fácil afrontar un partido después de esto. Quini era un padre para muchos jugadores", resume Rubén Baraja sobre cómo ha gestionado el vestuario los últimos días.

"Quini siempre trataba de lanzar un mensaje positivo. 'Lo importante es jugar bien, generar ocasiones, que el equipo tenga ambición de cara a la portería rival y genere ilusión. Cuando juegas bien, estás más cerca de ganar', me decía", explica el Pipo. "Lo que más nos gustaría a todos es lograr la victoria y honrar su memoria. Primero hay un rival delante y va a ser complicado, como todos los partidos", subraya.

"Creo que el equipo ha dado un paso adelante en cuanto a mejorar cosas, pero aún estamos fuera del objetivo más cercano, el de la promoción. No hemos conseguido nada todavía y la exigencia es más alta. Queremos estar con los mejores y para eso hay que competir no sólo en casa, también fuera", sentencia Baraja. "El duelo ante Osasuna debe ser referencia respecto a cómo lo afrontamos y cómo hubo continuidad en el esfuerzo", concluye.