"Hay que ganar como sea, no valen excusas". Ese fue el grito de despedida de los aficionados del Sporting en el último entrenamiento en Mareo antes del derbi. José Alberto dirigió la última sesión de la semana, con un gran ambiente, con más de 500 aficionados rojiblancos en la escuela rojiblanca.

Con el cántico de "Sporting, échale huevos", los seguidores rojiblancos intercambiaron una ovación con la plantilla, que también les aplaudió antes de retirarse a los vestuarios.

Junto a los cánticos, uno de los más momentos más vistoso fue cuando en uno de los fondos del campo 2 de Mareo algunos seguidores utilizaron botes de humo para dar colorido rojo y blanco, mientras la plantilla realizaba los últimos ejercicios.

Pese al ambiente optimismo entre la afición rojiblanca de conseguir mañana la victoria hubo gestos de contrariedad, cuando Carmona se retiró de la sesión lesionado, y saltó la preocupación entre la afición, que empezó a preguntarse desde el primer momento si el balear podría jugar mañana o por el contrario no se recuperaría.