Menéndez, la leyenda del Albacete descartada en Mareo: "No le guardo rencor al Sporting"

"Tenía 18 años y entonces había una competencia muy grande: Eloy, Emilio, Luismi...", dice el que fuera pieza clave del "Queso mecánico", la mejor época del próximo rival rojiblanco

Menéndez, en la actualidad.

Menéndez, en la actualidad. / LNE

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

El suyo es uno de esos casos singulares en el fútbol. Llegó a la élite relativamente tarde y lo hizo después de que el Sporting le cerrase la puerta y encontrara una oportunidad a 750 kilómetros del lugar donde empezó a jugar el balón. José María Cabrera Menéndez nació en San Martín de Podes (Gozón, 1963) y es historia del Albacete. El hijo de Flor y "Carreño" (exjugador de San Martín e Hispano y exentrenador de Hispano y Marino) llegó a Mareo en edad infantil, después de que le ofrecieran hacer una prueba cuando le vieron jugar en el Marino. Allí se quedó hasta completar la edad de juveniles. "Tenía 18 y entonces había una competencia grande. En el filial estaba llegando gente como los Ablanedo, Emilio, Eloy, Luismi…", explica Menéndez, que fue descartado por el club rojiblanco. Comenzó entonces una larga andadura que le llevaría a ser una de las figuras del "Queso mecánico" y a estar entre los diez jugadores con más partidos en el club manchego, rival este domingo del Sporting.

Menéndez, en su etapa con el Albacete.

Menéndez, en su etapa con el Albacete. / LNE

"No le guardo ningún rencor al Sporting por todo aquello. Al contrario, siempre estaré agradecido por haber podido jugar allí. Les deseo lo mejor", cuenta Menéndez, su segundo apellido y su nombre guerra en el fútbol. Lleva "media vida" afincado en Albacete, donde tuvo una hija y ahora comparte negocios de hostelería con su actual pareja. Zurdo de llegada y buen golpeo, formó parte de la época dorada del club manchego, donde liderado por Benito Floro ascendió de Segunda B a Primera División en dos años, quedándose entonces a las puertas de Europa, al finalizar séptimo. "Si el Madrid llega a ganar aquella liga en Tenerife, nos hubiéramos metido en competición europea por arrastre", recuerda quien fue después futbolista del Betis antes de colgar las botas en el Belmonte.

Lo curioso es que Menéndez llegó a pensar en dejar el fútbol poco antes de explotar junto a Zalazar y compañía. "Cuando me fui de Mareo me cedieron el primer año al Real Avilés, el antiguo, antes de la fusión con el Ensidesa. De ahí me fui al San Martín, luego al Langreo, al Lugo y al Lorca", detalla. En este último destino lo pasó mal, "ni cobrábamos", pero sin saberlo aquella experiencia sería decisiva para convertirse en futbolista profesional. "Estaba ya un poco desengañado de todo, volví a Asturias y pensé en buscarme un trabajo. Me incorporé al Avilés Industrial, pero más por insistencia de mi padre. Como dicen aquí en Albacete, era muy cansino, y siempre me repetía: ‘Tienes que ser futbolista’. Al final tuvo razón", explica. La otra clave fue que, siendo jugador del Avilés, un excompañero del Lorca, que en ese momento jugaba en el Albacete, le dijo que estaban buscando jóvenes zurdos.

Menéndez.

Menéndez. / LNE

"Chaparro, mi excompañero, me recomendó a Juanito y Carcelén, que se ocupaban de la secretaría técnica. Nos arreglamos rápido y me fui para allá. Cuando llegué todavía no habían firmado a Benito Floro como entrenador. Fue poco después y …", recuerda Menéndez. Le entraron las dudas. "Ya sabe que cada entrenador quiere a los suyos y yo era un jugador fichado por el club", continúa. Dio igual. Tardó poco en ser un fijo no solo en aquel ascenso a Segunda, también en el siguiente a Primera, y en el siguiente año, en aquel histórico séptimo puesto. "Albacete me lo dio todo y me hizo un nombre en el fútbol", subraya quien estuvo a las puertas de ir con la selección al Mundial de 1994.

No tiene pensado ir el domingo al Belmonte a ver el partido entre el Sporting y el Albacete, pero vivirá pendiente del resultado. "El Albacete ha perdido jugadores que fueron puntales el año pasado y los nuevos son buenos, pero no han tenido tanta suerte, sobre todo, de cara a gol", comenta. En cuanto a los rojiblancos, no duda, "deseo que esté pronto en Primera", sin ocultar que, pese a sus orígenes, "mi corazón es del Albacete, aunque mantengo un rinconcito para el Sporting".

"¿Sabe cuál es una de las cosas que más me marcaron en el Sporting? Mis primeros entrenadores. Fueron Pocholo y Echevarría. ¡Fíjese qué dos grandes futbolistas! Recuerdo que cuando me retiré me preguntaron ambos si guardaba algún resquemor por no haber tenido la opción de llegar a ser profesional de rojiblanco y les dije lo mismo que a usted: ‘Nunca estaré dolido por aquello. Es fútbol’", concluye Menéndez.

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