La Policía ha desmantelado un clan serbio, el de los Radoslavjevic, dedicado al robo itinerante en viviendas de lujo -para lo que utilizaban menores, sobre todo niñas- y que intentó comprar un riñón a un inmigrante marroquí para trasplantarlo al hijo del jefe de la banda. Quisieron adquirir el órgano por 6.000 euros, pero el donante, al que dijeron que se trataba sólo de donar sangre, se echó atrás cuando ya estaba en fase de estudio clínico, por lo que fue secuestrado, golpeado y amenazado de muerte.