Ribadesella,

Emilio G. CEA

Casi medio centenar de embarcaciones acompañaron ayer a la Virgen de Guía en su procesión marítima anual por las aguas de Ribadesella. Los riosellanos que llenaron el puerto y las embarcaciones que acompañaron a la imagen de la Virgen en su recorrido por la mar vibraron como hacía tiempo que no se recordaba con la festividad en honor a la patrona de los marineros. Algunos de los lugareños presentes en la celebración tenían que hacer memoria para recordar una avalancha de embarcaciones similar. «Hacía mucho tiempo que no veía tantas lanchas acompañando a la Virgen. Es algo realmente emocionante. Se me están poniendo los pelos de punta. Ya era hora de que Ribadesella despertara» decía el riosellano José Luis Martínez.

El día grande de las celebraciones en honor a la Virgen de Guía que comenzó por la mañana con la celebración de una misa solemne en la iglesia de Santa María Magdalena tuvo su punto culminante por la tarde con la procesión marítima. La Virgen recorrió el trayecto que separa la iglesia de Santa María Magdalena del puerto arropada por los integrantes de la Banda Gaitas de Ribeseya, casi una veintena de niños vestidos para la ocasión con indumentaria marinera y cientos de personas. La imagen portada a hombros por Juan Martino, Pablo Peñil, Santiago Rosete, Juan Gutiérrez, Juan Luis González y Eduardo Gutiérrez llegó al puerto entre el sonido de sirena de la rula y la explosión de voladores. Allí la imagen de la Virgen de Guía fue recibida por el patrón de la embarcación «Azkena», Emilio Peñil, encargado de llevarla en procesión por las aguas riosellanas.