Mejillones, ostras, gambas, caracolas de mar, raviolis de calamar y hasta el sabor del tuétano. Con sartenes tradicionales o con la innovación de la cocina al wok. Quien más se arrimó al escenario pudo percibir los aromas que desprendían los platos de Fabian Feldman, Álvaro Garrido y Diego Fernández que recibieron ayer los premios a mejores cocineros internacional, nacional y asturiano, respectivamente en la quinta edición de "Sabores del Arco Atlántico". La terna de chefs le puso ayer mucho sabor en la plaza Mayor al cierre del Festival.

"Somos gente del norte, con muchos lazos en común y la misma forma de entender la lluvia, la montaña, el invierno y el oleaje", valora Álvaro Garrido, del restaurante Mina, en Bilbao que por su apreciación acerca de la gastronomía del Arco Atlántico no es de extrañar que combinase tierra y mar en sus dos elaboraciones. Él fue el primer en chef en su subirse a los fogones con "platos humildes cargados de sabor", el primero dedicado a los mejillones, hervidos en vino y los que acompañó con una salsa de tomate picante. La segunda propuesta llevó al tuétano como ingrediente principal preparado en caldo de gallina y otro de garbanzos . "Un plato tradicional pero más ligero", valora quien en su restaurante acostumbra a departir con los comensales mientras trabaja. Dentro de la cocina tiene una barra donde se postran los clientes.

El cocinero alemán Fabian Feldman, del restaurante "L'Impertinent", en Biarritz apostó por combinar mariscos y algas con distintas texturas y cocciones. Feldmann contó con la colaboración de David González que además de ayudar en la preparación del plato también traducía del francés al castellano. "Intentamos sacar el máximo valor al marisco, sacar lo mejor del producto relacionando el gusto de las plantas y algas con el marisco, alguno frío y otros templados", aconseja Feldmann que se sirvió de lo más selecto del Cantábrico: ostras, almejas, almendras del mar, bígaros, caracolas y tartar de gambas.

El representante de la cocina asturiana Diego Fernández, del restaurante "Regueiro", en Tox, no es el primer galardón que recibe. En 2015 recibió el premio a la mejor croqueta del mundo y un año antes fue finalista en Madrid Fusión. Ayer se enfundó la chaquetilla de "Sabores del Arco Atlántico" "orgulloso de representar a Asturias". Para la ocasión aunó calamares y chipirones en un mismo plato y como receta aconsejó a los presentes "no buscar un ingrediente principal, sí mucho sabor en el plato".