Once asturianas con notable experiencia, once destinos distintos diseminados por el planeta, once proyectos de trabajo en diferentes campos pero, ante todo, un mismo inquebrantable espíritu solidario por ayudar a los necesitados. Ellas (en femenino) son las jóvenes elegidas este año por la Agencia Asturiana de Cooperación al Desarrollo (AACD) para tomar parte en varias acciones de voluntariado sobre el terreno en países de África, América Latina y Oriente Medio.

"Estamos viviendo tiempos de inestabilidad, por lo que es bueno sensibilizar a la sociedad a través de los más comprometidos. Que haya personas así es el mejor mensaje que podemos mandar a la gente del Principado", aseguró Francisco Villaverde, director de la AACD. Villaverde se deshacía en halagos hacia las seis participantes (el resto no pudieron estar presentes), que ayer lo acompañaban en la presentación del programa "Juventud Asturiana Cooperante 2018". De las jóvenes dijo que "tienen fuertes principios, buscan la justicia y están siempre dispuestas a ayudar para mejorar las cosas", por lo que les augura "mucho futuro".

El fin de esta iniciativa solidaria es que sus integrantes "se formen en el voluntariado internacional y refuercen su compromiso con los valores sociales". Para ello, la Administración autonómica ha destinado en esta edición algo más de 24.000 euros a repartir entre las becadas en función de su país de destino. Allá donde vayan colaborarán con diez ONGs asturianas en proyectos socio-educativos, laborales, médicos, medioambientales o económicos. En cuanto a las protagonistas de esta historia, de entre 21 y 31 años y con estudios universitarios, proceden de distintos lugares de la región: cinco son de Oviedo, y el resto de Gijón, Avilés, Langreo, Siero, Tazones (Villaviciosa) y Corvera. Elegidas entre 54 candidaturas, irán en estancias de dos meses, a Bolivia, Guatemala, Senegal, Sierra Leona, Tanzania, Colombia, Jordania o Perú. Otros dos programas previstos para Nicaragua han sido suspendidos por la inestabilidad que vive la nación centroamericana.

La primera en lanzarse a la aventura será la periodista ovetense Laura Pertierra, quien a principios del mes que viene volará a Jordania para encargase de "dar clases de inglés a niños sirios desplazados por la guerra que iniciarán una nueva vida en Australia o Estados Unidos", relataba. Un proyecto coordinado por Mensajeros de la Paz, en el que participa "con mucha ilusión" aunque insiste: "Asturias es una región con mucho potencial de voluntariado que debe impulsarse".

Pero hay más planos que el apoyo educativo. La sierense Elisa Neila Peruyero, graduada en Ciencias Ambientales, se desplazará a Perú, donde inmersa en plena selva amazónica colaborará con las comunidades indígenas "en proyectos de reforestación". Una "oportunidad de conocer otras realidades", cuya temática "es ideal" para la joven voluntaria. Ángela Suárez, corverana graduada en Relaciones Internacionales, es otra cara del apoyo social. Ella estará en Bogotá coordinando "procesos de integración de presos políticos y víctimas de violaciones de derechos humanos", algo que cree, la acercará a la realidad del país.

También hay presencia de sanitarias, psicólogas, maestras, pedagogas o trabajadoras sociales. Así, la psicóloga gijonesa Sara Combarros recalará en Guatemala para "ayudar a niños y niñas en riesgo de exclusión a que no caigan en organizaciones criminales como las maras", dijo. Eso sí, considera "muy necesario que los jóvenes se conciencien a participar en un mundo cada vez más internacionalizado". O las enfermeras ovetenses Lucía Soto y Beatriz Fernández, quienes irán a Kabala (Sierra Leona) y Jordania respectivamente para proporcionar atención primaria a refugiados enfermos y a menores desnutridos. Y es que ambas quieren orientar sus carreras a la cooperación internacional, por lo que esta "oportunidad única" les servirá "para aprender sobre el terreno".

En definitiva, once relatos de altruismo que todas ellas esperan, "calen hondo en la sociedad asturiana".