Hay quien opina que el miedo y la incertidumbre suelen ser poderosos agentes literarios. Y todo novelista sabe lo que es confinarse un día y otro en busca de una prosa que fluya. La "Semana negra" propuso ayer un debate de fondo a partir de una pregunta pertinente: "¿Qué nos espera en la novela negra española tras la pandemia?". ¿Una narrativa marcada también por los estragos del covid-19? Reflexiones y pistas.

Lorenzo Silva, que tiene previsto presentar hoy en Gijón su última novela, "El mal de Corcira" (Destino), donde Bevilacqua rememora sus años de plomo como guardia civil en el País Vasco, opina que "hace falta aún tiempo" para saber cómo la narrativa negropolicial española tratará el tema de la pandemia. "Se ha constatado que durante la primera semana de confinamiento bajó la delincuencia, pero después se dispararon los delitos relacionados con la ciberdelincuencia o con la violencia en el seno de las familias", explica.

El creador de Bevilacqua y la sargento Chamorro subraya, además, cómo estos tiempos pandémicos han dejado al descubierto "desigualdades e injusticias". Y la repetición de un fenómeno que ya se vivió tras la Gran Recesión de 2008: "Nuestras sociedades están mal dirigidas; quienes logran grandes beneficios se inflan y no reparten, pero no asumen nunca los riesgos de los costes".

"Probablemente los mayores cambios que aportará la pandemia a la novela negra española vendrán del lado de mostrar nuestra fragilidad", opina Carlos Zanón. Premio "Hammett" de la "Semana negra", publicó el año pasado "Carvalho: problemas de identidad" (Planeta), donde recupera al célebre detective del fallecido Manuel Vázquez Montalbán. Está convencido de que la mirada realista de la que suele alimentarse la novela negra acabará por fijarse también en los días en los que el coronavirus trastornó nuestras vidas: "Habrá heridas y se hablará de ellas, pero también veremos una narrativa escapista que hará como si no hubiese pasado nada".

En el debate, que se celebró en el patio del Centro Antiguo Instituto, intervinieron también Marta Robles y Juan Bolea. "Me da miedo que empiecen a salir novelas como setas; la literatura necesita siempre perspectiva", dijo la primera. Bolea opina que "habrá cambios" y aparecerá "una nueva gama de personajes". No tardaremos en ver si es así.