Protagonizar una película de éxito entre los adolescentes parece no ser ya un problema para después proseguir con una carrera de éxito en Hollywood, o al menos eso es lo que afirmó ayer el actor Zac Efron, conocido por su papel en «High School Musical», que negó estar estancado en su carrera profesional.

«Ya no estoy encasillado y puedo elegir lo que quiero hacer», subrayó durante la presentación en Madrid de su último trabajo, titulado «Siempre a mi lado».

Zac Efron se dio a conocer en el mundo del cine como Troy Bolton, uno de los personajes protagonistas de la película de Disney, con la que el actor relaciona lo que fue en el pasado, «su yo adolescente». Según ha indicado ayer en la capital de España, «empecé con Troy y es lógico que la gente me conozca por eso». Sin embargo, considera que eso tan sólo supuso su entrada, algo de lo que se siente «muy orgulloso», porque actualmente recibe guiones muy diferentes entre los que puede elegir distintos tipos de personajes.

En esta nueva etapa se ha decantado por un drama romántico, «Siempre a mi lado», en el que encarna el papel de un personaje distinto, «más oscuro», que todo lo que había hecho hasta el momento, según ha indicado el actor. En él interpreta a Charlie St. Cloud, un adolescente apasionado de la vela que está a punto de empezar la Universidad. Aunque, cuando un accidente de coche -del que Charlie logra sobrevivir- deja sin vida a su hermano pequeño, Sam, el protagonista cambia sus planes de futuro y le promete que todas las tardes, antes de que anochezca, se reunirá con él en el bosque para jugar al béisbol, tal y como hacían antes de su muerte.

Sin embargo una antigua compañera de instituto, Tess, que está a punto de dar la vuelta al mundo en vela sin compañía, se cruza en su camino y Charlie se ve obligado a decidir entre mantener la vieja promesa que le hizo a su hermano hace cinco años, o continuar con su vida y no cerrarse a la historia de amor que nace entre ambos personajes.

Al comienzo del filme, Charlie se presenta como una persona de confianza, con el que sí se siente identificado. Sin embargo, cuando la tragedia aparece y el personaje sufre un cambio su conexión con él, desaparece. «Me costó mucho entender esa faceta del personaje, la manera en que se retrae y se aparta del mundo», ha dicho.

Efron sigue teniendo cara de niño guapito, aunque ayer en España luciera una muy cuidada barba que generó división de opiniones entre las adolescentes que se dieron cita para echar un vistazo a uno de sus ídolos.

La película, basada en la novela «La muerte y vida de Charlie St. Cloud» de Ben Sherwoodse, se mueve entre lo real y lo fantasmagórico. De hecho, en algunas ocasiones el espectador puede pensar tanto que se trata de la imaginación de Charlie como del fantasma de su hermano, a quien el protagonista tiene el don de ver y hablar. Así, Zac Efron ha señalado que en la película, sin embargo, trasladar esta sensación «es muy difícil». «No está claro si se trata o no de un milagro, el fantasma está ahí y cada uno puede pensar y creer lo que quiera», ha dicho.

El actor ha subrayado que no tiene «muy claro» si existe ese «más allá», pero afirma que le gustaría pensar que «la gente que queremos permanecerá siempre viva en nuestros corazones». En este sentido, ha indicado que el mensaje que se obtiene de «Siempre a mi lado» es el de amar a la familia, amigos y personas que te rodean.

En la película interpreta a un joven apasionado por la vela, un deporte que Efron tuvo que aprender. «Tienes que aprender a navegar de verdad, porque si no no avanzas». De hecho, asegura que algunas de estas escenas fueron complicadas, incluso se hizo algún rasguño. «Los barcos son muy ligeros y cuando el viento es suave son muy difíciles de controlar», destaca.

Su próximo filme lleva el título de «The Lucky Ones» y comenzará a rodarse dentro de dos semanas, según ha indicado el actor. En él interpretará a un marine estadounidense que regresa de Afganistán. Nada que ver, como se puede sospechar, con el adolescente pluscuamperfecto de «High School Musical», que sabía cantar, bailar y hasta jugar al basket. El niño creció, veremos como lo digiere la jungla de Hollywood.