La verdad sobre el último fenómeno viral: fotos estilo anuario por las que hay que pagar y tienen sus riesgos

Una aplicación de Inteligencia Artificial fabrica varias versiones de una persona como si hubiesen estudiado en Estados Unidos en la década de los 90

Rostros conocidos como Paz Padilla o Sofía Suescun prueban esta herramienta

Paz Padilla, Sofía Suescun y Alexia Rivas tras pasar por la app de IA

Paz Padilla, Sofía Suescun y Alexia Rivas tras pasar por la app de IA / Instagram

Elena M. Chorén

Elena M. Chorén

Es imposible no encontrar a alguien en Instagram o en TikTok que comparta varias fotos estilo anuario de los 90. Es el fenómeno viral del momento y es una muestra más de como la Inteligencia Artificial (IA) gana terreno en nuestras vidas. Sin embargo, el "juego" de publicar qué aspecto tendríamos si hubiésemos estudiado en Estados Unidos en los noventa no es gratuita. La aplicación que lleva a cabo la transformación tiene un coste económico y entraña sus riesgos.

La IA avanza sin descanso y se ha demostrado que su uso no es solo para ingenieros. Con ChatGPT quedó demostrado que los estudiantes solventaban sus trabajos sin dificultad y que el uso de este tipo de tecnología no es tan complicado como parecía. Ahora es el turno de las fotos. Con el estreno de la película Barbie llegó la primera aplicación para ver la versión Barbie y Ken de las personas. Ahora, es el turno de los anuarios de los 90. Son muchas las personas que ha publicado las fotos ficticias de su adolescencia en un instituto americano. También los rostros conocidos se han animado. Por ejemplo, la televisiva Sofía Suescun, la periodista Alexia Rivas o la humorista Paz Padilla han compartido sus creaciones y en el programa "Fiesta", de Telecinco, han creado la versión noventera de su presentadora, Emma García.

¿Cómo se hacen las fotos del anuario?

  • Descarga la aplicación EPIK-AI Photo Editor (disponible para iOS y Android)
  • La función para crear las fotos del anuario están en la pestaña "AI Yearbook"
  • Hay que subir entre ocho y doce selfies en diferentes momentos.
  • Una vez te devuelva las imágenes, se pueden personalizar e incluir diversos recortes y fondos.
  • Toca pagar para generar el álbum. Son 6,99 euros para que las envíen en 24 horas y cerca de diez para que lo hagan en dos horas.

Los resultados son bastante impactantes por el realismo de las imágenes. No deforma el rostro de la persona ni se nota nada forzado. La IA es capaz de cambiar la vestimenta, el estilo y el pelo de la persona sin despeinarse. Tal es el éxito de la aplicación que algunos usuarios están experimentando retrasos en el envío de sus fotografías.

Los riesgos

Es divertido, fácil de hacer y genera mucha curiosidad comprobar qué pueda hacer la IA con nuestra cara. Sin embargo, sí tiene riesgos.

Por un lado, este tipo de herramientas que se popularizan ponen de manifiesto la facilidad con la que se puede manipular la imagen de una persona. Hace unas semanas un grupo de niños de Almendralejo (Badajoz) desnudaron con IA a sus compañeras de colegio, menores de edad. La imagen era superrealista. El caso ilustra un nuevo método de violencia digital contra las mujeres cada vez más popular. Un simple vistazo a Google Trends es suficiente para constatar como las búsquedas sobre esas aplicaciones se han disparado durante el último año. Recrear imágenes sexuales falsas es ilegal, pero aun así es muy fácil encontrar este tipo de contenidos en internet. 

Otro de los riesgos de este tipo de aplicaciones vienen derivados del reconocimiento facial. A través de los selfies que subimos a este tipo de apps le damos a la IA infinidad de información sobre nosotros imposible de borrar. Asociamos nuestro correo electrónico a nuestra imagen. Esto entraña peligros porque cada vez utilizamos más nuestros datos biométricos como contraseña para acceder, por ejemplo, a la cuenta bancaria. A diferencia de las claves, los rasgos de la cara no se pueden cambiar. El riesgo que comporta el uso malicioso de esta información se ha agravado con la suplantación de identidad mediante "deep fakes" o "deep voices" en los que interviene la IA.