La crisis nos ha hecho miopes. El horizonte vital se sitúa muy cerca, a final de mes, donde el sueldo ya no llega. Pero el futuro, casi como el déficit, no se puede contener y siempre va alcanzándonos; es un «por venir» que se puede, y se debe, ir construyendo. Por eso, y con motivo del Día de Asturias, LA NUEVA ESPAÑA ha pulsado la opinión de ocho jóvenes asturianos expertos en distintos campos del conocimiento para que esbocen qué Asturias necesitamos para salir reforzados de esta gran recesión, la más devastadora de los últimos setenta años. Y esto es lo que salió de esa tormenta de ideas:

1)Antes de empezar: no disparen al empresario

«Ahora que estamos evaluando el gasto público y dónde va cada euro, tenemos que tener en cuenta que sin actividad privada ya podemos olvidarnos de sostener el sistema público. Por cada punto de producto interior bruto (PIB) que conseguimos elevar, aumentan dos puntos y medio los ingresos públicos. Pero también al revés», advierte el avilesino Javier García Álvarez, economista y consultor de innovación de la empresa Instituto CIES. «¡Asturias tiene que ser una región en la que se ponga en valor, sin complejo alguno, la figura del empresario!», exclama Alejandro Blanco, economista gijonés, responsable del área de formación de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE). «Es alarmante el descrédito que de manera premeditada se hace de la figura del empresario en todos los momentos del ciclo económico, pero en el actual aún más acentuado. Hay 363.000 asturianos dados de alta en la Seguridad Social que lo son gracias al empresario. No puede seguir siendo el empresario el culpable único de los ajustes de plantilla. Es el culpable de haber creado estos y otros muchos puestos de trabajo y generar riqueza para esta región, lo que permite mantener un Estado del bienestar. No somos conscientes del mal que, con vistas al futuro, se le hace a una región con esa postura». En el antiguo paraíso del empleo público, Alejandro Blanco subraya que hay que activar el gen empresarial desde la cuna. «Es necesario trabajar a todos los niveles educativos en el desarrollo de las competencias emprendedoras e innovadoras. Esos niños son los que tienen que llevarnos a esa Asturias del futuro y no lo harán si se les inculca el odio al empresario. ¡Con un repaso a los textos de los materiales que se utilizan para la orientación de escolares es más que suficiente! ¿Alguien cree que vamos a conseguir que los niños de hoy quieran ser empresarios mañana? ¿Alguien cree que la generación del ser y no del tener va a querer ser alguien insolidario, un cacique opresor de los más débiles, insaciable y que sólo hace que destruir puestos de trabajo? ¡Lo que es milagroso es que alguien quiera serlo!».

2)El segundo escalón: de los plantones al bosque empresarial

Javier García sostiene que Asturias, en la primera década del siglo, superó la fase en la que tenía que demostrar que también podía ser tierra de emprendedores, tras las décadas de apabullante empresa pública. « Ahora hemos de subir al siguiente escalón: nuestro problema es consolidar a esos emprendedores. Hay emprendedores, pero fracasan ocho de cada diez». En la misma idea incide Fernando Rubiera, profesor titular de Economía Aplicada, coordinador de Regiolab, el laboratorio de análisis económico regional de la Universidad de Oviedo. «¿Emprendedores? Eso ya se da por sentado. No tuvimos más remedio que hacerlo. Cuando lo público se acabó, había dos opciones: emprender o marchar. Pero lo que nosotros estamos viendo ahora con algunas empresas tecnológicas nacidas en Asturias es que cuando llega el momento de crecer o quiebran porque les llevan los talentos o acaban marchándose a Madrid o al País Vasco. Necesitamos que esas empresas que nacen en Asturias, crezcan también en Asturias. Y así, sumando empresas de este tipo, de veinte o treinta trabajadores, que siguen en Asturias, de veinte en veinte, de treinta en treinta, se producirá un cambio radical».

3)No vale sólo exportar, hay que «internacionalizarse»

«No se trata de vender un poco de mueble a un país del extranjero. Asturias tiene que pensar en clave internacional», sentencia Fernando Rubiera. «Esto significa proyectar cualquier actividad empresarial, ya sea industrial, turística o de servicios, a los mercados o clientes internacionales. Significa también pensar globalmente, colaborando y contratando proveedores internacionales, o segmentando los procesos de producción internacionalmente», añade.

4)Internacionalizando: también el conocimiento

«Hay que cambiar de mentalidad. La internacionalización también tiene que llegar a la Universidad, que no sólo ha de ser la formadora de los asturianos. ¡Tiene que formar a chinos!», razona Rubiera. Internacionalizarlo todo, sobre todo el conocimiento industrial. Lo explica el consultor en innovación Javier García: «Las empresas industriales asturianas que estén registrando ahora una caída de la demanda tienen que aprovechar esa experiencia y ese conocimiento que han acumulado. Ese conocimiento tiene valor y pueden sacarle partido como socios en proyectos en otros países».

5)Hay que ir en busca del «efecto sede»

En busca del «efecto sede». ¿Qué será eso? Lo explica el economista Javier García. «Parece que al hablar de abrirse al exterior lo que vale es vender una botella de sidra a un chino, y como si no importase cuando una ingeniería asturiana trabaja en China, como si el dinero se quedase allí. A nosotros nos interesa el "efecto sede": tener en Asturias la sede central de empresas que trabajen por todo el mundo, ser el lugar donde se pagan los impuestos, donde están los más cualificados, los que reciben los sueldos más altos, donde está el "know how"».

6)¿Asturias, país de la innovación y la ciencia?

«Hay que impulsar la investigación y su mayor integración con el tejido empresarial de la región», afirma Fernando Rubiera.

«Hay que impulsar el desarrollo de actividades intensivas en conocimiento dentro de la región», sostiene Fernando Rubiera. Este experto añade que es la «única forma» de conjugar salarios altos con competitividad internacional. Y añade: «El momento de apostar por las infraestructuras hace tiempo que ha pasado y ya hace más de una década que la clave para el futuro de Asturias no son ni más carreteras ni más puertos o trenes de Alta Velocidad. El futuro de ahora son investigadores, laboratorios, centros tecnológicos, empresas salidas de la Universidad («spin off»). El futuro es apostar por conocimiento, innovación y ciencia». Y a esto Javier García añade: «Necesitamos infraestructuras adecuadas a los nuevos tiempos. Quizá nos interesa más una buena red wi-fi que el AVE o una autovía más».

7) ¿Asturias, industrioso país del metal?

La solución: la industria. «¿Qué tenemos? Asturias es una región industrial. Tenemos el metal. El modelo, y no digo nada nuevo, debería pasar por conservar y tratar de reforzar la posición de los grandes jugadores industriales de la región (Arcelor, Saint-Gobain, Alcoa, Asturiana de Zinc, Thyssen, Du Pont) y, por otro, seguir profundizando en ejemplos muy exitosos, como CSC en Avilés, de atracción de inversión directa extranjera en sectores de elevado componente tecnológico», apunta Sergio González Begega, doctor en Economía Aplicada y profesor de Sociología en la Universidad de Oviedo.

8) Cuidado, que esta vez sí que habrá «leyendas urbanas»

Ojo con la pérdida de talento joven, que ahora va en serio. En los años de la bonanza, pese a la existencia de «leyendas urbanas», no era un problema irresoluble. Se iba gente talentosa de Asturias, pero también se creaba empleo que contribuía a conservar materia gris en una región pequeña y excedente de gente cualificada gracias a su Universidad. «Ahora, con la crisis, no hay trabajo y se marchan sólo los más cualificados. No se van a Madrid, se van a Berlín. Y no vuelven», dice Fernando Rubiera. «Quedan los que no tienen opciones: los que dicen que para estar en paro en Berlín están en paro en Asturias».

9) El gran capital del futuro, totalmente desperdiciado

Es obvio, pero también es clave: los jóvenes son el futuro. ¿Los estamos cuidando? Javier García responde con otra pregunta: «¿Y dónde está la generación de asturianos mejor formada de la historia? En el paro. Entre 2007 y 2011 se destruyeron 2,7 millones de empleos en España; de ellos 2,6 millones eran menores de 35 años». Sergio González Begega subraya la necesidad de retener población joven. «Y eso significa que esos jóvenes que han decidido aprovechar las posibilidades que abre la libre circulación de personas en la UE tengan posibilidad de retornar. Es decir, que la decisión de irse o quedarse responda a criterios individuales y no sea el resultado de un proceso de expulsión». Añade: «También tenemos que ser capaces de atraer población de otros lugares y para que haya población joven es imprescindible que exista un ecosistema laboral y económico que facilite el desarrollo de proyectos vitales». Hay que centrarse en mimar a los jóvenes. «Hagámosles una oferta que no puedan rechazar», resume el cineasta asturiano Tom Fernández tirando de los diálogos inmortales de «El Padrino».

10) Hay que aprender de los errores del pasado

«Hemos aprendido que la acción de las instituciones públicas para la promoción de la actividad económica debe llevarse a cabo a través de actuaciones de formación, de cualificación y de atracción de inversiones, por ejemplo, de suelos industriales», subraya Sergio González Begega, que también rescata otra provechosa enseñanza de la gestión de todas las ayudas públicas que Asturias recibió a lo largo de todos estos años. «Creo sinceramente que muchas de las agencias que se han ocupado de orientar los fondos recibidos de las distintas instituciones europeas y nacionales han demostrado carecer de la capacidad suficiente para diseñar y gestionar racionalmente todas esas cantidades. Esas competencias deberían de recentralizarse, al menos a nivel autonómico para lograr una visión de conjunto», sentencia.

11) Atentos a Europa, pero atentos también a España

Ideas claras para conseguir financiación de Europa, alerta Fernando Rubiera. «Va a cambiar, el año que viene, toda la política europea regional de ayudas y sólo se va a financiar lo que esté bien pensado, los proyectos que sean sólidos. Por eso tenemos que tener las ideas claras», añade. Y ojo con España, que la economía asturiana recibe muchas transferencias nacionales. La advertencia la hace Jonás Fernández, ovetense, licenciado en Economía por la Universidad de Oviedo y director del Servicio de Estudios de la Consultora Estratégica Solchaga, Recio y Asociados. «En los últimos años, España es un país cada vez más federal y puede resultar que las políticas de distribución de la renta en el Estado no resulten suficientemente sostenibles a medio plazo».

12) Una gran ciudad vale más que tres pequeñas

«Las regiones más exitosas son las que disponen de una gran aglomeración urbana que genera procesos conocidos en economía regional con el término técnico de concentración de economías externas de aglomeración», indica Fernando Rubiera. «Asturias tiene en el área central el potencial de una metrópoli emergente que puede desarrollar esos efectos». Tiene potencial, pero, ojo, «si no se actúa ya, la estructura policéntrica de esa metrópoli puede hacer que acabe siendo un lastre». Sergio González Begega añade: «Debe resolverse el problema del transporte dentro del área central. Ahora la red pública de transportes se encuentra en una situación mucho peor que la de hace unos años, porque la crisis ha paralizado proyectos. Pero también porque tal vez esos proyectos no fueron definidos de forma adecuada y, de nuevo, con realismo».

13) Resulta que igual perdimos las alas de Asturias

Tantos años manejando la misma teoría y resulta que hay quien piensa que ya no tiene validez universal. «La Asturias de las alas ya no existe. Ahora lo que hay es un área central y una red de villas. Salvo Ibias o Degaña, puede decirse que todo está más o menos a 45 minutos de viaje del centro», afirma Jonás Fernández. ¿Este acercamiento de todos los asturianos tiene consecuencias? ¿Cómo se ve ahora la «espiral de competencia» (como la define Sergio González Begega) en la que entró la mayor parte de las localidades asturianas? «En cada valle se hizo una piscina, un polideportivo, un polígono industrial. Se hizo lo mismo que en el valle de al lado y repetido».

14) La reconversión pendiente: la de la clase política

«Más que repensar Asturias, ¡hay que resetearla!», exclama Tom Fernández. «Los partidos tienen que ser más permeables, abrirse a la entrada de gente joven y de nuevas ideas. Lo de Cascos fue una anomalía, pero también un aviso a navegantes. Y ahora viene Mario Conde. Hay una peligrosa desafección hacia la política. Cascos fue un síntoma. Aprendamos de la historia. En la Alemania de los años treinta, y salvando las distancias, llegó un tipo con bigote que los encandiló». Fernández añade: «Hay que mover banquillo en los partidos. Esto es como si pretendemos que Quini siga jugando en el Sporting».

15) Hace falta un nuevo tipo de político

No sólo hacen falta caras nuevas. Hace falta un nuevo tipo de político. «El político como financiador, el conseguidor de dineros, está acabado. Y no sólo por culpa de la crisis, que nos ha dejado sin recursos públicos que repartir», indica Jonás Fernández. «Ahora la misión de un político es evaluar el capital social de su región, hacer de palanca para poner en valor y elevar el capital humano. Por ahí va la marea de los tiempos y yo percibo un cierto letargo a la hora de percibir esos cambios».

En un sentido muy parecido se expresa, llevándolo al campo de las políticas de desarrollo económico, el consultor en innovación Javier García. «A la Administración yo le pido el liderazgo de sentarse a hablar con los empresarios para quitarles trabas y hacerlos cooperar. Hay más trabajo en reunir, en involucrar a la sociedad, que en dar dinero. Hace falta liderazgo institucional, liderazgo político para sentar a gente para hacer cosas, para cooperar. Ahora tenemos políticos analógicos en una era digital», lamenta Javier García.

16) Y un proyecto de Asturias desde la derecha

«Asturias necesita que la derecha defina de una vez un proyecto político serio y estable capaz de configurarse a sí mismo como alternativa», sostiene el profesor de Sociología Sergio González Begega. Subraya que hace falta un «proyecto político alternativo» y que éste permitirá «desperezar a una opción política de centro-izquierda, aglutinada en torno al PSOE».

17) Desde la autonomía al sentimiento de comunidad

Habrá que reconvertir el oficio de político en Asturias, pero también cambiar un poco el marco. Miguel Presno, profesor de Derecho Público de la Universidad de Oviedo, acude a una cita de Thomas Jefferson para justificar los cambios que a continuación propone. «Jefferson decía que cada cierto tiempo, que él situaba en torno a los 20 años, habría que replantearse el pacto constitucional para que las leyes de los muertos no gobernaran a los vivos». Presno opina que en Asturias está más que consolidada «la idea de autonomía», pero «no existe una idea fuerte de comunidad entendida como el sentimiento y la voluntad de compartir unos objetivos comunes: políticos, administrativos, económicos, sociales o culturales». Cree que el primer paso sería «potenciar su unidad política». «Eso implica, en primer lugar, eliminar la distribución electoral en tres circunscripciones, que además tiene poco de natural». Presno considera que tanto los ayuntamientos como la Junta deberían de potenciar más la presencia y la intervención directa de los ciudadanos y las entidades locales en los debates políticos. Este profesor reclama una «democracia de contrapeso, un contrapoder articulado a partir de los movimientos sociales, que sirva para mantener la lealtad al interés general por parte de las instituciones y los partidos».

Vicente Domínguez, filósofo y vicerrector de Extensión Universitaria, también ve que el futuro de Asturias debería de pasar, además de por dar una importancia capital a la Universidad, por incentivar la participación política de los ciudadanos como toma de posición en los asuntos comunes. «Y cuando hablo de conciencia política no hablo de participar en una ONG. Estoy refiriéndome a lo que decía Aristóteles, que el ser humano fuera de la ciudad o es un dios o una bestia y que lo que lo humaniza son la ciudad y la política».

18) Del Paraíso Natural al Paraíso Matorral

«La naturaleza asturiana es lo que es porque hay gente que la cuida», dice el cineasta Tom Fernández. «Tenemos una naturaleza privilegiada porque esta gente la cuidó y ahora estamos asfixiando a esa gente», añade. Tom Fernández es de los que opinan que a costa de proteger el Paraíso Natural acabamos creando el Paraíso Matorral: un paisaje selvático fruto del abandono campesino. Este certero juego de palabras pertenece al geógrafo lavianés José Antonio González, que sabe de lo que habla porque, además de brillantísimo experto (premio fin de licenciatura), ayuda en la ganadería familiar. «Nuestros montes deben dejar de ser un problema para convertirse en un recurso, pues los habitantes de los pueblos tienen la sensación, si no la certeza, de tener intervenido el principal atributo productivo de su espacio vital. Para ello debemos ensayar nuevas fórmulas de gestión concertada entre los pueblos, las parroquias, los ayuntamientos y la Administración que hagan a los vecinos rurales partícipes de la gestión del espacio propio, superando así la concepción rural que los hace sentirse como "indios" en una reserva».

González sabe que el paisaje lo pinta la actividad económica del paisano. Es aquella «economía decorativa» de la que habló Valentín Andrés Álvarez. «Para ello debemos de ser capaces de superar los perjuicios que arrastra el mundo de la conservación asturiana y hacer de nuestros montes el principal recurso de la Asturias rural. En torno al 50% de la superficie de Asturias son espacios de titularidad comunal, hoy tierra de nadie, los cuales en la actualidad están en una situación de barbecho ecológico y convirtiéndose en un grave problema medioambiental por matorralización». ¿Por qué no acometer una gran desamortización? Deja ahí la propuesta.