A contracorriente, Susana Álvarez Otero rompe una lanza en favor de los mercados en plena recesión. «Es completamente falso que sean dañinos, sino todo lo contrario. Son la mejor forma que tienen las empresas para conseguir financiación, gracias a ellos son menos dependientes del sistema bancario», explica esta profesora titular de Economía Financiera. Recién llegada de una estancia de dos meses en la Universidad londinense de Queen Mary gracias a las ayudas a la movilidad del Campus de Excelencia, está metida de lleno en una investigación sobre la influencia que tienen las diferencias institucionales de los estados europeos en anomalías como la infravaloración de la acciones cuando una organización sale a Bolsa y su bajo rendimiento a largo plazo. «No podemos engañarnos a nosotros mismos, esta crisis no tiene otro culpable que la avaricia. Detrás de ella, está la condición humana», afirma.

Estudiante brillante, esta ovetense de ideas claras acabó su carrera de piano con sólo 15 años -ahora toca el órgano en la basílica del Sagrado Corazón de Gijón- y obtuvo uno de los mejores expedientes de su promoción de Ciencias Económicas y Empresariales. Tras una breve experiencia en el sector privado, regresó a la Universidad con una beca FPU y, en un tiempo récord, obtuvo su plaza de titular. «A la vida académica española le hace falta una mayor meritocracia», comenta, con dos sexenios de investigación en el bolsillo y una agenda frenética, entre clases, investigaciones y el cuidado de sus dos hijos.

Apenas pisó el departamento de Administración de Empresas, entró a forma parte del grupo impulsado por la catedrática Ana Isabel Fernández, actualmente miembro de la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Desde entonces, se ha dedicado en cuerpo y alma a estudiar los entresijos del mercado bursátil español. «En nuestro país padecemos un índice muy pequeño de inversión en bolsa. Dos datos son suficientes: el 95 por ciento de nuestro tejido productivo son pymes, pero sólo 21 invierten en el mercado alternativo creado para ellas en 2009», explica. «Esto supone que mantengan una grandísima dependencia del sector bancario, que es la otra forma que tienen de financiarse al margen de la emisión de acciones y la colocación de deuda corporativa. Por eso, cuando llegan las crisis y el dinero no circula, el sistema sufre mucho», añade.

Aunque reconoce que, en tiempos de vacas flacas, escasean los inversores. «Los mercados no son otra cosa que un espacio para canalizar fondos de quienes los tienen a los que no los tienen. Sirven para oxigenar a las empresas y, por eso, son totalmente necesarios», sostiene, bajo la única premisa de «que sean transparentes». «En España tenemos una regulación más que aceptable al respecto. Nuestro problema no es tanto de calidad, sino de cantidad. Es necesario que se mueva más dinero en Bolsa», prosigue. «Nos hace falta adquirir una cultura inversora, arriesgar en mayor medida, como ocurre en los países anglosajones», concluye.

Los argumentos de la investigadora para las empresas son extrapolables, en cierta medida, al mercado de deuda pública, que rellena titulares a diario por la falta de financiación de España en el exterior, con una prima de riesgo reticente a descender de los 400 puntos en las últimas semanas. «Los estados sólo pueden recaudar mediante los impuestos o a través de la emisión de su deuda. Nuestro problema es de confianza. Es lógico que un inversor opte antes por Alemania que por nuestro país», dice. Y, aunque es consciente de que la solución pasa por un aumento de la credibilidad internacional mediante un reajuste de las cuentas, también considera que las exigencias de la Unión Europea al Gobierno nacional para reducir el déficit están siendo «excesivas». «Sin crecimiento, podemos encontrarnos con una situación de parálisis, como la que atravesó Japón hace unos años y, encima, con mucho más paro», razona.

Alejado por el momento el fantasma del rescate estatal, habla sin tapujos del bancario, con la primera inyección de liquidez en ciernes. «Las entidades financieras jugaron irresponsablemente con sus privilegios y creo que deberían rendir responsabilidades, incluso penales llegado el caso. Es un sector extremadamente protegido, abusaron de ello y deben pagar», asegura. Aunque también culpa del gran endeudamiento privado a las empresas y las familias, que adquirieron productos a los que no podían hacer frente. «En parte, eso ocurrió porque tenemos una escasa cultura financiera y, a la vez, una gran cultura compradora, de inversión inmobiliaria. En nuestro país, todo el mundo quiere un piso en propiedad», sentencia. Estos motivos de peso le llevan a concluir que es necesario un «cambio de paradigma» cuando la crisis deje de apretar. «Es completamente necesario avanzar en una regulación de los mercados, después de años de hacer justamente lo contrario; lo que nos han abocado a la situación actual», subraya.

Asturias, si yo pudiera...

Incrementar la meritocracia. Susana Álvarez Otero es profundamente contraria al establecimiento de cuotas para favorecer la incorporación femenina a los puestos de responsabilidad. «Las mujeres que sean valiosas llegarán de manera natural, no es preciso meter a nadie a calzador sin que esté capacitada para ello», sostiene. Por eso, aboga por un sistema que premie tan sólo los méritos, «el trabajo bien hecho, al margen de quien lo haga». «Lo justo es que cada uno tenga lo que se gane», concluye.

Perfil

- Susana Álvarez Otero es licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales y doctora por la Universidad de Oviedo. Realizó la primera tesis en España sobre la salida a Bolsa de las empresas y habla cuatro idiomas.

- Es profesora titular desde 2001 del área de Economía Financiera, del departamento de Administración de Empresas. Ha realizado estudios sobre inversión empresarial y se especializó en las anomalías de las salidas a Bolsa. Cuenta con dos tramos de investigación.

- Este curso, imparte clases en los grados de Turismo y Gestión y Administración Pública de la facultad de Comercio, Turismo y Ciencias Sociales y en el grado bilingüe de Finanzas de la Facultad de Economía y Empresa.