Tineo, Sara ARIAS

«Un día más, pero muy importante, para disfrutar de esta tierra y mostrar a todos quiénes somos, un pueblo unido a una tradición y a una cultura». Así vivió la gijonesa María del Mar Menéndez el Día de Asturias, ayer, en Tineo. El concejo suroccidental celebró por todo lo alto el 8 de septiembre, con los tinetenses entregados a los visitantes para que se sintieran como en casa durante los actos programados por el Gobierno regional. Y un público, alrededor de 5.000 personas, que pese al intenso calor paseó por sus calles y disfrutó de la mayor jornada de asturianía del año.

Desde por la mañana, la villa estuvo llena de vida. La gente recorrió el mercado de artesanía y productos asturianos, donde se pudo encontrar de todo en sus noventa puestos: desde choscos, quesos, carnes y embutidos hasta productos artesanales de madera, cerámica e incluso demostraciones in situ de cómo se fabrica una madreña hasta la herrería. Raúl Barbón, de Laviana, se pasó todo el día mostrando al público uno de los objetos más representativos de Asturias: la madreña. «Lo hago por afición, aunque yo me dedico al sector forestal, mi abuelo ya era madreñero y si saco alguna perra, pues mejor», aseguró mientras explicaba los tipos de madera que se emplean para la confección de tan asturiano calzado.

«Un día buenísimo, está todo muy bien hecho, aunque si hiciera un poco más de fresquito vendría mejor», afirmó Alejandro Villa, de Langreo. Que apreció que en esta edición «hay menos gente, pero hay que pensar que con este día muchos tiran para la playa y que hay muchas ferias por ahí». Si bien eso no templó el pulso de los hosteleros de Tineo, que tuvieron una jornada de lo más ajetreada. Ni un asiento libre en las terrazas y colas para comer. A buen seguro, un empujón para cerrar el verano con las cuentas más claras.

Entre los vecinos de la villa también los hay a los que les parece que el Día de Asturias «es un día que debería servir para denunciar el acoso y el derribo del Gobierno central contra el aparato productivo de esta región: la minería, la agricultura y la ganadería». Así se pronunció Víctor Manuel Álvarez, quien también resaltó que «falta una representación de la cultura vaqueira, porque mercados los hay en todas partes y conciertos igual, Asturias es algo más que tonada», concluyó.

Sin motivos vaqueiros, pero sí con una amplía representación de deportes tradicionales como la carrera de lecheras, el lanzamiento de altura de fardu, la corta de troncos con hacha y tronzón, el tiro de cuerda, el tiru al palu o la carrera de molienda por relevos. De los que el público disfrutó a la sombra, bajo los árboles del paseo Verdeamor. Algunos de los curiosos intentaron coger las lecheras, como Rubén García y Lucía Álvarez. Para la joven fue «imposible», aunque es cierto que lo intentó con todo el empeño.