Francisco Álvarez-Cascos renunció ayer al voto de una de sus diputadas en la Junta y con ello evitó que prosperase una iniciativa del PP. Los populares proponían la presencia semanal del presidente del Principado, Javier Fernández, para responder a las preguntas de la oposición y no en uno de cada tres plenos, como sucede actualmente. El líder forista aceptó la petición del portavoz del PSOE, Fernando Lastra, de compensar con la retirada de un parlamentario -la elegida fue Carmen Fernández- la últimamente habitual ausencia del socialista Francisco González, ex alcalde pixueto, imputado en un proceso judicial. Ayer se supo que tiene la baja médica. A esta falta se añadió la de Marina Pineda, desplazada a Madrid para el congreso de UGT. Sin ellos, los socialistas perderían las votaciones si Foro y PP iban de la mano en sus propuestas, como sucedió con la petición popular de la comparecencia regular de Javier Fernández. De ahí que necesitasen el auxilio de los casquistas.

La compensación de ausencias es una figura habitual en la Junta y forma parte de la llamada cortesía parlamentaria, pero ayer no se conoció que estaba produciéndose hasta que el sistema electrónico no computó, parece que por un fallo en el sistema, el voto del diputado de IU Aurelio Martín. Sin éste, sin Francisco González y sin Marina Pineda, el PSOE perdió la votación por 22 a 21, a pesar de la salida de la forista Carmen Fernández por orden de Cascos. Y ahí fue cuando comenzó el follón a costa de las votaciones.

Las sonrisas de sorpresa y complicidad en el PP duraron sólo unos segundos. Rápidamente, Fernando Lastra alzó la voz para advertir del fallo en el sistema y sugerir la repetición. La bancada popular estalló. «¡Son las reglas del juego! ¡Es una vergüenza!», bramaba la portavoz del PP, Mercedes Fernández. Por entonces, casi nadie sabía el motivo de la ausencia de la forista Carmen Fernández.

Pedro Sanjurjo, presidente de la Cámara, manejó la situación como pudo y, tras consultar a los técnicos y un acuerdo de la Mesa al que se opuso rotundamente el popular José Agustín Cuervas-Mons, se repitió la votación. Con el problema de Aurelio Martín resuelto, llegó el empate que buscaban los socialistas. Esto obliga a pronunciarse de nuevo. Empate. Por lo tanto, la decisión se posterga, según el reglamento, para el final del siguiente punto. Si persiste la igualdad, la iniciativa decae.

Al inicio del siguiente debate, Fernando Lastra ofrece explicaciones. «Hemos pedido la compensación y, tras haber sido correspondidos, huelga decir que lo agradezco. Lo explico para evitar suspicacias». Pero si algo hubo allí fueron sospechas. Y enfado e indignación en las filas populares, reunidos de urgencia para poner en común su malestar. No tenían noticias de que al ruedo fuera a saltar ayer la figura de la compensación de voto. Fuentes socialistas indicaron que habían hecho la petición a la portavoz forista, Cristina Coto, la tarde noche anterior, en la primera parte de la sesión y que fue ayer por la mañana cuando Álvarez-Cascos les confirmó que contaban con su ayuda.

Al popular Fernando Goñi no le servía ningún argumento. «La compensación es una figura que existe, pero son conocidas en la Junta de Portavoces o de manera previa a los plenos. No cabe el amagüestu en que estamos metidos. Es lamentable. Un desgobierno y manipulación socialista de esta Cámara. El señor que acusó constantemente al PP de pacto con el Partido Socialista llega a un acuerdo con ellos para impedir que una iniciativa nuestra salga adelante». Cristina Coto defendió a su grupo. «No vamos a practicar filibusterismo ni maniobras de distracción. El verdadero pacto del duernu lo hemos visto cuando PP y PSOE se han unido para que no comparezcan los representantes de Liberbank», dijo en referencia a una propuesta de su grupo rechazada por el resto.

La irritación popular continuaba ya avanzada la tarde. Desde su grupo señalaban estupefactos que Carmen Fernández, la forista de la compensación, había regresado para votar en los últimos puntos, uno de ellos una incoativa del grupo casquista. El PP registró un escrito de protesta en el que pide a la Mesa que reconsidere su acuerdo de repetir la votación. Entiende que su iniciativa fue aprobada.