El comité autonómico de la Federación Socialista Asturiana (FSA) cargó ayer contra dos destacados compañeros de partido: el comisario de la Competencia, Joaquín Almunia, y el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán. Los motivos de la crítica a ambos dirigentes tienen orígenes diferentes: al vicepresidente de la Comisión Europea se le reprocha su propuesta sobre los astilleros, que tiene en jaque al sector en España, mientras que al presidente andaluz le cuestionan que pretenda marcar un calendario de debate interno en el PSOE muy diferente del fijado por el secretario general del partido, Alfredo Pérez Rubalcaba.

El «cónclave» de la FSA, que tuvo lugar en la Casa del Pueblo de Gijón, arrancó con el discurso del presidente del principado y secretario general de los socialistas asturianos, Javier Fernández, quien hizo balance de su primer año al frente del Gobierno regional y se detuvo en los problemas de los sectores naval y minero. Jesús Gutiérrez, «número dos» de la FSA y portavoz del comité autonómico, tenía en su guión un mensaje nítido y rotundo: poner tierra de por medio con la propuesta de Almunia para la devolución de las ayudas del llamado «tax lease», el sistema de contratación de barcos con ventajas fiscales que la Unión Europea considera ahora incompatible con la normativa comunitaria. «Mantenemos un rechazo frontal a la devolución de las ayudas y vamos a confrontar y combatir con todas nuestras fuerzas ante el presidente de la Comisión, Durao Barroso, y también ante Joaquín Almunia».

En el comité autonómico se llegó a calificar de «infumable» la propuesta de devolución de las ayudas recibidas por los astilleros, firmada por el que fuera candidato del PSOE a las elecciones generales del año 2000. Una postura menos tibia que la mostrada el viernes por el diputado Antonio Trevín. «El sentir mayoritario de la organización en Asturias, diría que por unanimidad, es de un gran rechazo a esas posiciones, vengan de donde vengan y las haga quien las haga. Y si es necesario, el Gobierno regional llegará a los tribunales», zanjó el secretario de Organización de la FSA.

La decisión del presidente de Andalucía, José Antonio Griñán, de anunciar su marcha y, de paso, impulsar el proceso de renovación del PSOE tampoco ha sentado bien en la FSA, que dejó patente su «apoyo claro, total y sin fisuras al calendario fijado por Rubalcaba, con independencia de los procesos que alguna comunidad autónoma, por fuerte que esta sea, como Andalucía, quiera colocar encima de la mesa». Griñán incurrió en «una contradicción que tendrá que explicar porque no hace muchos días había dicho lo que decimos nosotros, que es momento de cerrar filas y estar con el calendario propuesto por Rubalcaba. Curiosamente, poco después puso encima de la mesa las primarias en Andalucía. Ha sido una sorpresa que Griñán debe explicar», afirmó Gutiérrez. El PSOE asturiano no es partidario de meter prisa en el debate interno y prefiere el ritmo más sosegado que defiende el secretario general Rubalcaba.

La preocupación por la minería también encontró eco en el comité autonómico, que cuestionó los mensajes cambiantes del Gobierno de la nación ante las negociaciones pendientes del plan del carbón. «En las cuencas ya son el Partido Impopular», llegó a decir un dirigente local. En materia de infraestucturas, los asistentes cargaron contra el Ejecutivo de Rajoy, «por sus incumplimientos», y contra las «incongruencias de Foro y de Cascos, que rechaza el tráfico mixto en la Variante y quiere cercenar los intereses de la industria asturiana».

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