Nunca hemos entendido el porqué de no recordar el grave atentado que sufrieron los ocho agentes del CNI el 29 de noviembre de 2003 en Irak. Me asombra que prácticamente ningún medio de comunicación haya sido capaz de recordar y tratar este tema en estos diez largos años. Todo el mundo se mantiene al margen, todo el mundo guarda silencio. ¿Por qué? Todo responde a la sucia necesidad de ocultar verdades y eludir responsabilidades. Diez años después, seguimos esperando una explicación convincente. Qué triste que todo quede en el olvido.

Llevamos 10 años luchando para que se te recuerde, para que no caiga en el olvido aquel horroroso 29 de noviembre. Fue el palo más duro que la vida pudo dar a unos niños de apenas 13 y 15 años. Hoy, una década después, esos niños son adultos y solo pueden recordarte con nostalgia y amor.

Cada uno de estos 10 años, nuestros corazones se han ido llenando de un tremendo orgullo al saber que hay pocos como tú. Fuiste un luchador en tu vida, siempre esforzándote por conseguir todo aquello que te proponías. Nos dejas una gran enseñanza y un duro reto, llegar a ser tan perseverantes como tú.

Siempre fuiste un hombre soñador que desde pequeño luchó por conseguir aquello que le hiciera feliz. Y afortunadamente lo conseguiste todo. O casi todo. Solo te falto salir vivo de aquel país y volver a casa con tus hijos.

Afortunadamente, hoy podemos decir que hemos rehecho nuestras vidas, que hemos remontado ese duro golpe que la vida nos puso en bandeja y que mamá consiguió que superásemos con éxito. Gracias a ella somos lo que somos. Ha sabido inculcarnos, ella sola, todo aquello que juntos acordasteis: disciplina, educación, amor y fuerza para superar cualquier obstáculo.

Solo fueron 15 años contigo pero nos bastaron para tener recuerdos imborrables que nos acompañarán siempre. Te asombraría saber qué agradecidos estamos por tanto que nos enseñaste y tantas aventuras y experiencias que vivimos contigo siendo unos niños. Por suerte, dejaste infinidad de recuerdos grabados en las mentes de unos niños de 13 y 15 años en un tiempo récord. Gracias, papá.

Nos sentimos inmensamente orgullosos de ti, de lo que fuiste, uno de los grandes en tu trabajo, y de lo que seguirás siendo para nosotros, nuestro padre.

Algún día serás abuelo y créenos cuando decimos que nuestros hijos sabrán muy bien quién era su abuelo Alfonso. Nada nos hará más felices que conseguir que se te recuerde generación tras generación como el héroe de la familia.

Estamos convencidos de que te sientes orgulloso de nosotros. Pero también sabemos que estás orgulloso de mamá, ya que solo ella podría haber hecho de nosotros lo que hoy somos. Si la vida nos diese la oportunidad de elegir unos padres, os elegiríamos a vosotros con los ojos cerrados pues gracias a eso somos lo que somos.

Siempre vas a estar en nuestras vidas y siempre diremos orgullosos quién era Alfonso Vega; un luchador, un valiente, un grandísimo padre.

Gracias por tanto que nos diste, papá. Te queremos, y por fortuna, eso no podrá caer en el olvido.

Tus hijos, Patricia y Alejandro.