Lalo y José Antonio, voluntarios de Protección Civil en Corvera, festejaban tocando una campanilla cada vez que alguien, al salir de un supermercado de Los Campos, dejaba parte de la compra, o la compra entera, en los cajones de la "Gran recogida" promovida del pasado lunes al sábado por el Banco de Alimentos de Asturias. "Debieron de terminar con las manos doloridas", apunta la coordinadora de la entidad, María Velasco. La campaña más intensa del año desbocó las donaciones, derribó las previsiones más optimistas y sorprendió gratamente a los organizadores, que se daban por satisfechos con cien toneladas y a última hora del sábado habían contabilizado 120, que ayer superaban las 162 y aún tienen que seguir contando... Por ahora, son 162.500 kilos, más de 100.000 por encima de la cifra de la campaña del año pasado a falta de computar aún cantidades procedentes de diversas empresas, de ayuntamientos y pequeños supermercados.

Cuando le deje la "emoción", Velasco explicará que "llevo quince años en el Banco de Alimentos y no había vivido nada parecido". Por poner un único ejemplo de la multitud de cajones desborados, "sólo en una gran superficie de Gijón se superaron los 10.000 kilos". Su interpretación de esta explosión de la solidaridad hace una primera parada en el esfuerzo, en el incremento de puntos de recogida, en el empeño puesto en la información y la publicidad y en la entrega de 1.320 voluntarios, pero también tiene un fondo asociado a la creciente visibilidad de la necesidad. El secreto puede residir en que "aquí no se pide dinero", afirma, "sino algo tan básico y tan útil como un litro de leche", alimentos básicos para templar una escasez que se ve "en la calle, que nos llena a todos". Entre los destinatarios de los alimentos recogidos esta semana hay "muchas personas que tal vez no llegan a pasar hambre, pero que no pueden dar de cenar a sus hijos. Y esa gente está muy cerca".

Habla Velasco a la salida del almacén del Banco de Alimentos en Lugones, después de una reunión para organizar una recogida que por el volumen de lo recaudado se adelanta intensa y compleja. "Hay supermercados pequeños que ni siquiera tienen dónde guardar todo lo que han recaudado", afirma. La ruta por los puntos de recogida es a partir de ahora el primer paso. Una vez que todos los alimentos hayan sido depoisitados en las dependencias del Banco, la siguiente operación, "lo más lento", es la labor de clasificación. "Los productos nos llegan a granel", explica Velasco, "en una misma bolsa el arroz, las lentejas y los garbanzos, por ejemplo". Antes del reparto "tenemos que separarlo por artículos, contabilizarlo y almacenarlo ordenándolo por fecha de consumo preferente", una labor que puede ocupar a entre treinta y cuarenta personas, reforzando con más voluntarios la plantilla habitual, durante "dos o tres semanas" en turnos de mañana y tarde.

Las al menos 162 toneladas de alimentos recolectadas esta semana impulsarán el resultado parcial de un año que en septiembre había rebasado ya el millón de kilos -2013 se cerró con más de millón y medio- y darán resultados al enorme esfuerzo del maratón solidario celebrado este noviembre por tercer ejercicio consecutivo. Esta "Gran recogida" ha movilizado a 1.320 personas y el trabajo de coordinación ha llegado hasta aquí desde el pasado mes de junio. Se repartieron más de medio millar de puntos de donación en supermercados, ayuntamientos, empresas o centros escolares y con su abundante fruto la entidad pretende colaborar a aplacar el invierno y la Navidad de los colectivos de personas más necesitadas de la región.

Pero no podrán parar mientras contabilizan y clasifican "La gran recogida". Tienen a la vuelta de la esquina las campañas navideñas de recogida en los colegios y permanentemente abiertas las puertas de las sedes de la organización en la nave del polígono Puente Nora de Lugones y el local de la calle Francisco Ferrer y Guardia de Gijón, igual que sus teléfonos y correos electrónicos.

Lo recaudado en las seis jornadas de campaña intensiva es mucho y además mucho más de lo esperado, pero, con todo, no habrá para todos. Según el cálculo del presidente de la organización en Asturias, Juan Luis Núñez, con las cantidades que el Banco de Alimentos recoge de media al año "solamente cubrimos el cien por ciento de las necesidades de un tercio de la población que lo necesita".