Apenas quedan unos días para que comience la temporada de pesca y vemos cómo en la normativa de 2015 aparece eliminado el tramo de captura y suelta (incorrectamente llamado "pesca sin muerte") de El Cigarrillo, en el río Cares-Deva. Cierto que en su lugar se crea el tramo de captura y suelta de Molleda, lo que representa claramente una merma, tanto para los pescadores conservacionistas como para las propias especies salmonícolas.

Dicho tramo, situado en la parte baja del río, se ve afectado por las mareas, con lo que en más de su mitad es prácticamente imposible pescar con marea baja.

Este tramo presenta además, indudablemente, una menor calidad ambiental, por lo que parece que se quiere relegar precisamente a los pescadores conservacionistas a los peores sitios.

También se ha suprimido el coto de captura y suelta de Infiesto, en el río Piloña.

Ciertamente, no parecen las medidas más acertadas para conservar nuestras poblaciones de salmónidos, como la evidencia científica nos enseña. Por eso, en Ríos con Vida, entidad de pescadores conservacionistas, Premio Nacional de Medio Ambiente, nos preguntamos sobre las verdaderas razones de la adopción de esta decisión por parte de la Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos.

En lugar de responder ante una sociedad asturiana cada vez más identificada con la conservación de nuestras especies, y en particular de una tan emblemática como es el salmón, el Gobierno del Principado prefiere aliarse con posiciones trasnochadas y acientíficas como ésta, e ir de la mano de quienes prefieren ver un salmón muerto y colgado de una cuerda antes que nadando libre por el río y con todas las posibilidades de reproducirse: vamos para atrás y a sabiendas de que lo hacemos mal.

Tampoco se tiene en cuenta que esta modalidad de pesca de especies autóctonas es la regla en los países más avanzados en gestión de pesca continental. El salmón atlántico muestra una preocupante evolución descendente en sus poblaciones españolas y esta decisión oficial es del todo ilógica y rechazable. Quizá luego tengamos que lamentarnos.