"El nivel de convivencia en nuestros centros escolares es razonablemente bueno". Así lo afirmó ayer Genaro Alonso, consejero de Educación del Principado. Y se apoyó en dos datos: de las 26 denuncias que llegaron a la consejería, sólo se confirmaron dos casos reales de "bullying" en las aulas asturianas; y de los expedientes iniciados por conductas graves para la convivencia escolar, sólo siete terminaron con el cambio de centro para alumnos. Los expertos confirman que "la situación respecto al acoso escolar no es alarmante" en la región, aunque reclaman que "el asunto merece la suficiente atención" y se refieren, ante todo, al ciberacoso, creciente por el mayor uso de dispositivos móviles desde edades más tempranas y más complicado de detectar en ocasiones.

Por eso, y pese a que la situación a priori "no sea preocupante", desde el Principado se impulsará un estudio para obtener un pionero diagnóstico sobre la prevalencia del acoso y del ciberacoso en las aulas de los centros de Secundaria y bachillerato de la región, tanto públicos como concertados. Se trata del primer estudio que se realiza sobre todo un censo de alumnos, y no una muestra, en relación a este tema, según asegura Joaquín González Cabrera, creador de la iniciativa, llamada "CiberAstur". Se implicarán 143 centros y más de 75.000 alumnos, que entre el 17 de abril y el 5 de mayo contestarán, uno a uno, a las cuestiones que se les planteen. Tanto Genaro Alonso como González Cabrera presentaron ayer en Gijón a los directores de los centros implicados la iniciativa.

En principio, antes del 1 de agosto González Cabrera, profesor de Psicología Evolutiva y de la Educación en la Universidad Internacional de La Rioja, entregará al Principado los resultados con el mapa real de la prevalencia del acoso y el ciberacoso en la región. "No debemos ni exagerar ni negar el problema, hay que conocerlo", incidió González Cabrera en su ponencia ante directores de centros de Secundaria de toda Asturias.

A los alumnos encuestados se les preguntará por sus vivencias y sensaciones desde el inicio del presente curso con el objetivo de obtener una "foto fija" de la convivencia en las aulas asturianas. El estudio versará sobre cuatro apartados: acoso tradicional, ciberacoso, usos problemáticos de internet, y calidad de vida relacionada con la salud.

El acoso tradicional es "la situación que se genera dentro del contexto escolar entre uno o varios iguales que tienden a hacer acoso de forma sistemática a un tercero. En cuanto al ciberacoso, "es más pernicioso y también ha de ser persistente, pero no tiene un espacio y un tiempo definido, puede ser dentro y fuera de clase y a cualquier hora y en cualquier día", según González Cabrera.

En el tercer apartado, de usos problemáticos de internet, "intentaremos medir aspectos del uso compulsivo y disfuncional de internet, así como sus cuestiones emocionales como, por ejemplo, si se huye por algún motivo del contacto vis a vis", señala el experto. En el último bloque se afrontará "un concepto muy amplio de salud" que incluirá "bienestar psicológico y físico, la autonomía del niño, y su relación con sus padres y con el entorno educativo".

Gerardo Fernández, profesor de la UNED de Psicología de la Educación, ya realizó en 2010 un estudio sobre un muestra de 5.000 alumnos sobre el acoso escolar. "La situación no era alarmante, aunque casos de 'bullying' surgen casi todos los cursos de manera esporádica, pero son bastante contados", asegura antes de matizar que "el tema del ciberacoso empieza a ser mucho más preocupante que hace unos años". En cualquier caso, ve positivo el diagnóstico que pretende obtener ahora el Principado. "El tema merece suficiente atención por la importancia que tiene y, sobre todo, para que se adopten medidas preventivas", reclama, al igual que pide "dar formación a los profesores, porque en Secundaria generalmente se enteran antes los compañeros que los profesores de los casos que hay".

En un mismo sentido se expresa María Escanciano, abogada especializada en "bullying". "En este tema estamos bastante bien, incluso desde Fiscalía de menores dicen que no es nada alarmante", recuerda, pero también bendice que no se baje la guardia con este nuevo estudio. "Me parece muy bien que la gente se ponga de común acuerdo a trabajar en estos problemas", recalca.

Indicadores para padres

González Cabrera ve "fundamental" que los padres presten atención a este problema y señala posibles indicadores de que un hijo pueda estar sufriendo acoso: "Los cambios repentinos de comportamiento son indicadores de que algo pasa. Hay que buscar las causas, sobre todo si el padre o madre tiene trato con el niño, cuando empieza a tener problemas para dormir. Y con el tema de las comidas. Ver si está más triste. Y algo típico es que no quiera ir a clase. En cuanto al ciberacoso, hay que estar pendientes de si el niño cambia su uso habitual de internet, varía su comportamiento y ya no entra como antes en facebook o twitter".

Tanto él como Gerardo Fernández y Escanciano coinciden en algo: el control parental al uso de la red. "Los padres han de controlar el uso de internet y las redes. Necesitamos educar a nuestros niños en ser ciudadanos digitales, y para ello necesitan acompañamiento. El móvil es como una granada de mano, si no se usa bien, puede explotar", expresa Cabrera.