Todo el mundo sabía que era un simulacro, pero el ruido de sirenas, las luces de las ambulancias y la rapidez de circulación de los coches de bomberos por las explanadas de la central térmica de Aboño, propiedad de EDP, crearon ambiente y hasta un punto de inquietud. Era mentira pero podía ser verdad.

Y lo que comenzó como una aparentemente banal fuga de gas de alto horno se convirtió en una crisis con cinco heridos en el interior de las instalaciones y otros seis afectados fuera del recinto. El simulacro fue tan real que la dirección del viento jugó un papel fundamental en la activación de un modelo informático que hasta decidió cortes de carretera en las inmediaciones de la central. No se llevaron a cabo para impedir unos atascos monumentales (una de las vías afectadas era la muy industrial AS-16) pero hubo presencia policial en los cruces. Y un helicóptero medicalizado del Servicio de Emergencias del Principado (SEPA), que sobrevoló pero no aterrizó.

El simulacro comenzó a las diez de la mañana con un aviso ficticio: hay una fuga de gas en la conducción que une el alto horno con el gasómetro. El humo era real, pero inocuo; servía para la simulación. Un trabajador herido, rotura de pierna derecha e intoxicación porque se trataba de un gas altamente inflamable, cuyo 20% es monóxido de carbono. Palabras mayores.

Llegan compañeros de rescate con equipos de respiración autónoma y trasladan en camilla al herido hacia una zona segura. En paralelo se busca controlar la fuga con agua a presión, pero no es posible. A las diez y media de la mañana se pide la intervención del 112 y se indica que la nube tóxica (gas invisible, pero peligroso) puede afectar a personas fuera de los límites de la central térmica de Aboño.

Se aplica el Plan de Emergencia Exterior de la Empresa. Se conoce por sus siglas PLAQUIMPA. El de ayer tuvo categoría 3, la máxima de las contempladas, que prevé víctimas, daños materiales graves y alteraciones serias del medio ambiente.

Pero todo puede empeorar. Desde el centro de control se observa cómo hay cuatro trabajadores en el suelo, afectados por otra intoxicación en la zona próxima de carga y descarga de agua amoniacal, sustancia muy corrosiva.

El ir y venir de Bomberos y ambulancias se sucede hasta pasadas las doce del mediodía cuando se da por finalizado el ejercicio. Dicen que acaba con buena nota.