Un preso de la cárcel de Asturias se enfrenta a una pena de cuatro años de prisión después de ser descubierto con cinco partillas de Alprazolam y 1,57 gramos de heroína que se había "empetado" (es decir, introducido en el cuerpo) después de un vis a vis en el centro penitenciario. Los funcionarios lo descubrieron tras realizar una prueba radiológica, con autorización del juez, que mostró que la droga estaba en el intestino.

Los hechos ocurrieron a la una y media de la tarde del 20 de enero de 2016. La droga tenía un valor de 256,05 euros, pero habría triplicado su valor en el interior de la prisión. Aparte de la pena de cárcel, el fiscal pide una multa de 738,15 euros.

El caso del preso "resucitado" en la morgue ha vuelto a poner sobre el tapete el problema del tráfico y consumo de drogas en el interior de la prisión asturiana, un problema que con el que no se logra terminar. La droga suele entrar en la cárcel a través de los vis a vis que los presos mantienen con sus parejas o familiares. También cuando regresan de algún permiso carcelario.

En los últimos tiempos se ha ligado el tráfico de drogas al desmantelamiento del modelo de la unidades terapéuticas y educativas, cuyo restablecimiento viene reclamándose desde diferentes instancias, incluso la oficina del Defensor del Pueblo.