Arancha Crespo, enfermera del servicio de Urgencias del hospital gijonés de Cabueñes, asegura que nunca ha tenido ningún problema por el hecho de ser mujer. El sector sanitario tiene acento femenino. "En enfermería, somos casi todas mujeres; donde sí puede haber un poco de clasismo es en la distinción entre profesionales de diferentes categorías", sentencia.

Inés Fidalgo lleva desde 1983 ejerciendo como auxiliar de enfermería. Dentro de cuatro meses la jubilación va a permitirle dejar su puesto en el área de urgencias del hospital de Cabueñes. Asegura que pone fin a una carrera profesional "muy plena", pero no exenta de dificultades. "Antes no había facilidades y resultaba muy duro ser madre y trabajar", lamenta.