Teresa CEMBRANOS

«Se ha perdido la mitad del talento durante mucho tiempo y ahora hay que recuperarlo», aseguró ayer Marisol Delgado, psicóloga, que ofreció una conferencia con motivo del Día de la Mujer en la sede de la asociación de vecinos del Quirinal. Y es que durante siglos la mujer ha estado circunscrita a su casa y a su familia sin que pudiera sacar a relucir todo su potencial públicamente. «Esa mentalidad no va a desaparecer en una o dos generaciones ya que, aún hoy, casi inconscientemente, actuamos de esa manera. Por eso es importante la educación. Es la herramienta fundamental para cambiar las cosas y que haya una igualdad efectiva. Somos lo que transmitimos, los valores que lanzamos», afirmó la psicóloga.

El objetivo de Delgado en su charla era transmitir cómo, a pesar de los avances conseguidos en igualdad, aún hay ámbitos donde ésta aún no es efectiva. Está el caso del empleo, «donde hay segregación horizontal y vertical». «La representación de la mujer en altas instancias en los sectores políticos o económicos es mínima», argumentó. Pero también en la familia la mujer sigue llevando el peso del hogar pese a que trabaja como el hombre. «La mujer ha ocupado con fuerza el ámbito público, pero el hombre no hace lo propio en el privado. Aún no se puede hablar de corresponsabilidad, que es el objetivo final», comentó.

Para Marisol Delgado tampoco se ha conseguido la igualdad en la representatividad social en ámbitos como el deporte, la ciencia o el arte. «A las mujeres les cuesta alcanzar las mismas cotas de representatividad que a los hombres», dijo. Y pese a que la psicóloga no es muy partidaria de la política de las cuotas considera que «no hay muchas más opciones de que se normalice una situación que ya debería ser habitual. No es la panacea, pero sí importante para que se valore igual a un hombre y a una mujer. No obstante, una vez se consiga ese objetivo, los cupos o cuotas deberían desaparecer», aseguró.

No obstante, lo que más preocupa a la psicóloga sobre el problema de la falta de igualdad es lo que acarrea, sobre todo en violencia de género. «Las personas somos diferentes, pero es necesario que esas diferencias no se jerarquicen», afirmó la psicóloga. Delgado no sólo estuvo ayer en la sede de la asociación de vecinos del Quirinal, sino también en el Instituto Menéndez Pidal, donde impartió el taller monográfico «8 de marzo».

Con motivo de la conmemoración del 8 de marzo, la concejalía de la Mujer también inauguró ayer en la Casa de Cultura de Avilés la muestra «Asturianas en América. Emigración y exilio», del Instituto Asturiano de la Mujer, y donde adquieren especial relevancia diversas mujeres que, por diferentes motivos, se trasladaron a Hispanoamérica. Así, en el siglo XIX un número elevado de mujeres emigraban para reunirse con sus maridos, mientras que en el siglo XX se fueron tanto por la guerra civil como por el deseo de labrarse un futuro mejor.

Ahí están, por ejemplo, Eva Canel o María Teresa Prieto. La primera destacó en la literatura mientras que la segunda, emigrante en México, fue una compositora, pionera en la incorporación de la mujer a la creación musical. Algunas de sus obras, como «La sinfonía asturiana», se estrenaron en el país centroamericano. La actividad filantrópica también fue importante. En ese campo destacó Concha Heres que, junto a su marido Manuel Valle, se hizo cargo de la presidencia de honor del Centro Asturiano de Cuba.

Entre las exiliadas políticas estuvieron Pura Tomás, que militó en Juventudes Socialistas y, ya en México, continuó su labor en el PSOE y UGT. También destacó Selina Asenjo, que llegó a ser concejala de Gijón y que, ya en Argentina, abrió una empresa textil y militó en organizaciones políticas.