Luanco,

Illán GARCÍA

El Museo Marítimo (MUMA) de Asturias únicamente tiene dinero para pagar las nóminas de sus trabajadores con su cotización a la seguridad social y abonar el gasto de luz, según las palabras del director de la instalación, José Ramón García. Por ello, el mázimo responsable del MUMA pidió la colaboración a empresas, asociaciones, o a personas a título individual que aporten su granito de arena para ayudar a salvar al edificio museístico más antiguo de la región. «Queremos ampliar el número de patronos de la Fundación y aceptamos que las entidades que deseen colaborar no tengan por qué ser patronos siempre, si no que renueven año a año, en función de sus condiciones económicas; no buscamos un compromiso permanente, aunque si viene será, evidentemente, bien recibido», señaló el director del centro museístico luanquín.

José Ramón García es consciente de que los actuales patronos del Museo Marítimo (Puertos de Gijón y Avilés, Ayuntamiento de Gozón y Principado) no pasan por sus mejores momentos. De hecho, todos han reducido sus aportaciones en el último año. «Con que un nuevo patrono aporte 5.000 euros, le desgravan el 25 por ciento en la actualidad, creo que eso es un estímulo viendo como están las cosas», señaló el director del centro, que no descarta volver a pedir ayudas a las grandes multinacionales de la comarca «aunque también lo están pasando mal».

El pasado mes de diciembre, el Museo Marítimo impulsó una campaña de captación de socios, pero sin embargo, todo el esfuerzo económico realizado por diversos colectivos y empresas a título individual no ha sido suficiente para ayudar a sacar al Museo Marítimo del pozo de la crisis económica. «Por ejemplo, si no llega a ser por Cajastur que nos dio 5.000 euros no podríamos haber realizado la exposición sobre el Titanic, que, por cierto, está teniendo muchísimo éxito», destacó el director del MUMA, que añadió además que la situación económica del centro ha provocado que no se compre una nueva pieza relacionada con el mundo de la náutica desde hace años. Pese a que esa palabra no entra en el diccionario de José Ramón García, el Museo Marítimo si se prolonga su crisis, corre el peligro de cierre,