Luanco,

Illán GARCÍA

El conocido hostelero Robustiano Rodríguez Martínez, «Robus», falleció ayer de manera repentina, una noticia que, por inesperada, generó una gran conmoción en el concejo. En sus últimos días de vida, este empresario natural de Cangas de Narcea padeció de dolencias renales; en un principio, nada preocupante, según destacaron ayer amigos y clientes de su restaurante. Pero al final, la situación se complicó y Robustiano Rodríguez falleció ayer en Oviedo; de ahí que su muerte causara más sorpresa si cabe. «Todavía ayer -por anteayer- estuve hablando con él», afirmó, afligido, el alcalde, Salvador Fernández, que mantenía una sólida amistad con el fallecido. «Se va una persona irrepetible», añadió el regidor gozoniego.

Según el relato de sus convecinos más cercanos, «Robus» nació en Cangas de Narcea y siendo un chaval se trasladó a trabajar a Luanco, previo paso por Oviedo, como hostelero del extinto hotel Aramar, un negocio ubicado en la calle Gijón, junto al Museo Marítimo de Asturias. «Fue entonces, cuando conoció a su mujer, María Luisa, que vivía por esa zona», describió Amador Rodríguez, «Romory», presidente de la asociación de turismo rural «El Faro».

«Romory» explicó además que su amigo «Robus» «siempre fue un luchador nato; llegó a Luanco con una mano delante y otra detrás y ahora estaba disfrutando del gran esfuerzo realizado durante tantos años para sacar adelante su negocio». Actualmente, Robustiano Rodríguez Martínez y su familia son propietarios de un restaurante en la calle Ortega y Gasset y de dos establecimientos hoteleros en la plaza La Baragaña, ambos en Luanco. Según «Romory», hace más de treinta años que puso en funcionamiento el restaurante y unos diez los negocios hoteleros.

Las reacciones de los luanquinos ante la pérdida de «Robus» no tardaron en llegar. José Secades, vicepresidente del Club Marítimo, no dudó en describir a «Robus» como una «referencia para todos los luanquinos, un personaje querido». Esta misma reflexión la hizo el hostelero Juan Luis Rodríguez, que añadió: «Fue de los que sentaron cátedra en la hostelería del concejo». El presidente de la asociación de hostelería, Ramón Menéndez, también quiso expresar su dolor por la pérdida de este «hostelero de hosteleros»: «Me llamó Laura -hija de «Robus- para contármelo, estaba destrozada; ahora estoy de viaje en Santiago y mañana -por hoy- arrancaré para Luanco».

Nadie se esperaba la trágica noticia. Los camareros que ayer trabajaban en el restaurante que recibe el nombre del fallecido colgaron un cartel con la leyenda «cerrado por defunción» mientras otros vecinos, apenados, lamentaban la muerte de Robustiano Rodríguez. Entre tanto, sus familiares y amigos más cercanos se hallaban en el Centro Médico de Oviedo, adonde se dirigió «Robus» a media tarde acompañado por su hija Laura Rodríguez aquejado de algún tipo de indisposición.

Un numeroso grupo de amigos y familiares se trasladó anoche al tanatorio de Las Arenas, ubicado en Santolaya, para expresar sus condolencias tras el fallecimiento de «este hostelero luchador» como repetían una y otra vez las personas más allegadas. Robustiano Rodríguez Martínez, «Robus», deja una viuda, María Luisa Suárez Busto, y tres hijo: Javier, Guillermo y Laura. El funeral se oficiará mañana miércoles a las 5 de la tarde en la iglesia de Luanco y el entierro será posteriormente en Bocines.