El humedal de La Furta cumple sus primeros veinte años de vida. Este espacio natural ubicado en Nubledo, en terrenos de la empresa Du Pont, fue habilitado por la multinacional estadounidense en 1994 dentro del programa ambiental de la firma y fue diseñado por la Universidad de Oviedo a través del instituto de recursos naturales y orientación del territorio (INDUROT).

Du Pont lanzó hace dos décadas un plan a largo plazo para aumentar la biodiversidad, favorecer el crecimiento de especies naturales y dotarlas de protección. Uno de esos planes fue el humedal de La Furta, con más de cinco hectáreas de pantano que hacen las veces de refugio para cerca de un millar de aves acuáticas, algunas de ellas poco comunes como ocurre con el pato pequinés, que ya visitó las instalaciones ubicadas en Nubledo en más de una ocasión.

Este espacio natural corverano nació tras la colocación de una presa en el río Alvarés. El pantano generado tiene una capacidad de 50.000 metros cúbicos y un perímetro cercano a dos kilómetros. Este humedal catalogado en 2003 como ZEPA (Zona de especial protección de aves), es un lugar de paso, cría, invernada e incluso descanso de numerosas aves. Cuenta además con un observatorio y recopila gran parte de la flora del paisaje de Corvera y fauna como peces, anfibios, invertebrados y mamíferos marinos como la nutria.

La multinacional llegó a un acuerdo con el Ayuntamiento durante el pasado 2003. Este convenio de colaboración ha conseguido un considerable aumento de las visitas al humedal, que son gestionadas directamente desde el consistorio de Corvera. El acuerdo ha permitido además que los alumnos de los colegios del concejo visiten este espacio natural de Nubledo y así conozcan las especies naturales existentes a pocos kilómetros de su casa y sin salir del concejo. Desde 2003, La Furta ha sido visitada por unas 10.000 personas, la mayoría, escolares, según las cifras que manejan en el Ayuntamiento. .

Según los ecologistas, las condiciones de este humedal dan tranquilidad y la alimentación necesaria a las aves que allí habitan, y además la zona está protegida de los posibles ataques de aves cazadoras. Las principales concentraciones de aves se producen durante el periodo invernal, entre enero y febrero, y con posterioridad a la temporada de cría, es decir en los meses de octubre y noviembre, cuando aún no han migrado las especies más jóvenes.

Este espacio natural destaca por su gran variedad de aves acuáticas como patos nadadores, los ánades azulón y friso, el porrón europeo, el pardo y la garza real, entre otros. En lo que respecta a la flora, el entorno del humedal cuenta con bosques de ribera, alisos, sauces, castaños, robles y arces, entre otras especies.