La Corriente Sindical de Izquierdas (CSI) se amarra al descontento de la plantilla de Arcelor, que no está dispuesta a "echar más horas por menos dinero", para capitalizar en su favor ese malestar. Esto es lo que entienden, al menos, en medios sindicales con representación en los comités de empresa de la siderúrgica. Los carteles de convocatorias "sin firmar" y los llamamientos a través de las redes sociales "los capitaliza un sindicato sin representación", indicó un líder sindical en la fábrica de Avilés, en alusión a la CSI. "Toda la plantilla de Arcelor eligió al comité que quiso. Y digo toda porque la participación en las elecciones sindicales fue casi absoluta y ellos no estaban", recordó otro representante en el comité. "La CSI carece de representación y busca lograrla por la vía torcida", añadió un tercer representante consultado.

Mientras tanto, se dirime el futuro de los trabajadores atados a un convenio que dejó contentos a pocos pero que consiguió el respaldo de más de la mitad de plantilla, que lo respaldó en referéndum. Lo que los comités de empresa propusieron a los trabajadores fue un acuerdo regulador firmado "en las peores condiciones del mundo": un horno alto parado, la capacidad de producción disminuida al 48%... Lo que sucede es que las cosas están cambiando. "Arcelor está ahora mejor que antes de la crisis", apuntó un representante sindical consultado. "Tenemos un convenio y dura hasta fines de 2015. No podemos romperlo ahora porque si lo rompemos será peor para nosotros", añadió otro.

Los tres sindicatos con representación en los comités de empresa (UGT, USO y Comisiones Obreras) participan del descontento de la plantilla. "Hemos advertido a la dirección de que no queremos turnos de 6 días de trabajo y dos de descanso. Les hemos dicho que el empeño en continuar por ese camino podría desembocar en movilizaciones", señaló un portavoz de los trabajadores. "La situación que vivimos la ha generado la dirección de la empresa, los jefes de taller, por un aquel de flexibilizar la plantilla. Pero el resultado de esta política fueron 200.000 horas extra el año pasado y eso es un escándalo. ¿Cómo se para esto? Por dos medios: reorganizando la plantilla con sentido común. No vale que un turno entero esté compuesto por cubrebajas. La dirección incumple el reglamento de ascensos, se destina a plantilla a puestos nuevos sin reconocer... Si los hay, que los reconozcan", se lamentan. La tensión en Arcelor se agrava.