Los usuarios de la Casa de Cultura reclamaron hace varias semanas una solución dadas las notables deficiencias que presentaba el inmueble, ubicado en el parque Zapardel. Ayer se encontraron, para su sorpresa, con que el edificio permanecía cerrado al público. Un cartel pegado con celo y manuscrito en la puerta de entrada del inmueble resumía las nuevas deficiencias generadas, presumiblemente, por las lluvias caídas en los últimos días. El cartel reza: "Estamos cerrados, no hay luz, no hay calefacción, ni internet ni ascensor, no hay wifi desde hace quince días y las goteras se multiplican".

Salvador Fernández, portavoz municipal del PP y concejal de Hacienda, aseguró ayer que el centro abrirá hoy y que la causa del cierre fue una avería con el suministro eléctrico. "Nos hemos puesto en marcha para reparar el resto de deficiencias detectadas", aseguró el concejal.

Las redes sociales echaban humo con reclamaciones para reclamar una solución inmediata para este edificio municipal y más aún después de que el concejal de Obras, José María Granda, anunciara que el Ayuntamiento iba a acometer obras de mejora en la techumbre del edificio para, entre otros asuntos, evitar las filtraciones de agua ya existentes. Esa actuación tiene un presupuesto que ronda los 5.000 euros y, a juicio de los usuarios es más urgente que nunca. "Pues ahora parece que hay más goteras en la planta baja del edificio, donde en otras ocasiones, ya hubo inundaciones", criticó uno de los usuarios de la biblioteca, que ayer tuvo que dar la vuelta al ver el cartel que indicaba que el edificio permanecía cerrado.

Los lectores que acuden usualmente a este centro municipal se han quejado en diversas ocasiones de la falta de mantenimiento de este edificio, lo que provoca, a su juicio, que cada vez haya más humedades como la existente en la parte infantil de la biblioteca y más goteras como las que hay en las escaleras de acceso a la primera planta. "Ahora, parece que hay más en las escaleras", remarcó otro usuario de la biblioteca. Los trabajadores del centro intentan evitar que las filtraciones de agua lleguen al suelo con la colocación de calderos, pero "llega un momento que hay que tomar medidas para evitar tener una Casa de Cultura tercermundista", indicó un joven que acudía a la biblioteca a dejar un libro.

Según indicaron otros usuarios, hacia media tarde, el edificio municipal ya contaba con luz, pero mantenía el cartel de cerrado.