Luanco volvió a expresar ayer su fervor religioso al conmemorar el "milagro" del Cristo del Socorro. El 5 de febrero de 1776, según la tradición, la intercesión de la imagen "salvó" de morir ahogados a varias decenas de tripulantes de una galerna marina. La celebración este año de una jornada tan especial para los vecinos de Luanco contó con la presencia de uno de sus vecinos más ilustres, el Rector Mayor de los Salesianos, Ángel Fernández Artime, que ofició la misa posterior a la multitudinaria procesión.

La lluvia se ausentó durante toda la mañana pese al temporal de los últimos días. Permitió, así, que las comitivas, tanto la cívica como la religiosa, se celebraran incluso con rayos de sol.

La procesión comenzó con "puntualidad marinera", como precisó el capitán jubilado Luis Servando Peláez. Partió, según lo previsto, a las once y media de la mañana en la plaza de La Villa. Allí, las autoridades civiles y el párroco de Luanco, Cipriano Díaz -entre otros religiosos-, comenzaron la caminata hasta la iglesia al ritmo de las gaitas de la banda "Ciudad de Oviedo" y la banda de música de San Martín del Rey Aurelio.

Los vecinos caminaban, a paso lento, sumándose a la comitiva a la altura de la playa de La Ribera para encarar la calle de La Riba. Los miembros de la asociación "Luanco recuperación de tradiciones" vestían con su traje festivo: pantalón de mahón, camisa blanca y pañuelo azul al cuello; las mujeres, con mantón oscuro y falda.

"La puntualidad marinera" se mantuvo al llegar al templo y allí, esperaba Ángel Fernández Artime, Rector Mayor de los Salesianos, que, bajo palio, centró buena parte de las miradas de la tradicional procesión. Mientras tanto, ya con el Cristo y la Virgen a hombros, comenzó el paso religioso, que partió del templo en dirección a La Riba, las calles Zapardel y Hermanos González Blanco, hasta llegar al paseo marítimo, junto a la playa luanquina. Fue allí donde se produjo el momento más emotivo de la jornada y que congregó a más vecinos. Fernández Artime enunció varias plegarias ensalzando la figura de la Virgen y del Cristo del Socorro y bendijo tanto la playa, como las dos imágenes y a los asistentes al multitudinario acto.

Tras las palabras de Fernández Artime, la comitiva caminó en dirección al templo, donde se ofició la misa. Tras los actos religiosos, la jornada continuó con un pasacalles de la fanfarria "Pepe El Chelo" de Candás, que se repitió a las siete de la tarde. Una verbena en la explanada del muelle amenizada por la orquesta "Dominó" cerró los actos del día grande.