Alguno de los diecisiete santos que cada año sale en procesión por las calles de La Arena coincidiendo con la festividad de San Juan a punto ha estado de quedarse en casa, en el templo. Si bien parece un castigo divino, el motivo no es otro que la falta de vecinos dispuestos a arrimar el hombro: la organización buscaba a última hora de la tarde de ayer a ocho personas para completar el número necesario de costaleros.

La ya centenaria procesión marinera se caracteriza porque todas las personas que participan en la comitiva deben ir ataviadas con el uniforme de verano de la Armada. Para facilitar la asistencia, la organización cede los trajes a los interesados en desfilar. La procesión suele ir escoltada por una banda de gaiteros y los niños que este año han realizado su Primera Comunión en la localidad. Pero destaca sobremanera porque los costaleros "sacan a todos los santos" de la iglesia, aunque la falta de personas interesadas en portar dichas imágenes dificulta desde hace unos años este trabajo.

Antaño se exigía que los costaleros fueran hombres solteros y jóvenes, sin haber cumplido con el servicio militar. Estos requisitos no existen a día de hoy y cualquier persona que lo desee puede participar en la procesión marinera. En la comitiva ocupan un lugar destacado San Juan, San Telmo y la Virgen del Carmen. Los costaleros suelen aproximar estas tres imágenes al puerto, donde el párroco bendice las aguas del Cantábrico. Este acto coincidía antiguamente con el inicio de la costera del bonito y el comienzo de la temporada de baños en la playa de Los Quebrantos. Hoy la procesión partirá a mediodía. Y aunque costó, es previsible que San Juan salga escoltado por el resto de santos.