Aboño,

Braulio FERNÁNDEZ

El Ayuntamiento de Carreño, en su plan por frenar el desmonte del Alto de Aboño de la Autoridad Portuaria de Gijón, hará uso de la vía administrativa como alternativa a la judicial, por si ésta le es desfavorable. Así, el gobierno ha remitido ya a El Musel una carta solicitando la formulación de un plan especial, una herramienta urbanística y administrativa que tiene como fin que el Ayuntamiento pueda participar de la nueva ordenación que el Puerto pretende desarrollar en el Alto de Aboño.

«Solicitamos a la Autoridad Portuaria que formule, con la mayor brevedad posible, el plan especial que ordene su zona de servicio, a fin de que este Ayuntamiento pueda ejercitar sus competencias en materia urbanística, de conformidad con la legislación de puertos vigente», explica el municipio en su misiva. Carreño busca, con esta opción, aminorar la marcha de las obras de derribo del monte de Aboño, que se han producido en una fase muy inicial durante los tres primeros meses del año.

A principios de año, la destrucción de dos casas, y una fuente pública en el barrio carreñense desveló la verdadera situación jurídica de la zona. Hasta ese momento, tanto gobierno local como oposición mantenían que al Ayuntamiento le quedaba una última herramienta para frenar el desmonte, al que se oponen. Esa herramienta era de índole administrativa, y un informe del secretario municipal apuntaba que se hacía «necesaria la realización de un planeamiento urbanístico correspondiente a la zona de El Musel en Carreño».

Tras estudiar las posibilidades legales de interferir en las obras, el Ayuntamiento ha decidido exigir la elaboración de un plan especial, una herramienta urbanística similar a la que se exige para cualquier edificación que pretenda transgredir las normas urbanísticas vigentes en el municipio, y que, según apuntaron fuentes municipales, es considerada «obligatoria» en el caso de El Musel para el terreno carreñense de Aboño.

El problema es que la zona del Alto de Aboño es ya un espacio portuario, por lo que el Ayuntamiento no tiene competencias en él. El municipio se agarra, no obstante, y además, al hecho de que el Puerto de Gijón haya comenzado las obras de desmonte con la eliminación de edificaciones en el alto, sin que el plan de ampliación en fase de desmonte haya sido definitivamente aprobado, ya que está a la espera del visto bueno del Ministerio de Medio Ambiente.

El núcleo poblacional del Alto de Aboño está compuesto por varias edificaciones, de las cuales hay al menos dos que están habitadas. El lugar contaba además, hasta las demoliciones efectuadas por el Puerto, con un monumento dedicado por la asociación de vecinos del Alto de Aboño a la Familia Real española. Se trataba de una escultura de la Infanta Isabel «La chata», quien en 1915 visitó el municipio comenzando su recorrido por el Alto de Aboño.

El desmonte del Alto de Aboño, incluido dentro del plan de ampliación de El Musel, se encuentra actualmente a la espera de saber si debe o no contar con un estudio de impacto ambiental. Dicho estudio ha sido reclamado por el propio Ayuntamiento de Carreño, así como diversas asociaciones vecinales, considerando el impacto que la desaparición del monte carreñense tendrá sobre sus poblaciones cercanas, ecosistema, patrimonio y playas.