El obispo de Pittsburgh escribió un documento que titula «A la mierda con vosotros», refiriéndose a que la falta de consideración con las convicciones morales en los hospitales católicos, por normas del presidente Obama, respecto a abortos y anticonceptivos es como un echarles a la mierda. Y yo veo cierta similitud con lo de Asturias. Los ciudadanos hemos elegido a cuarenta y cinco representantes para que resuelvan nuestras dificultades y mejoren nuestra calidad de vida. No era para unos meses, era para cuatro años. Hay momentos en que piensas que si cuarenta y cinco no pueden resolver sus diferencias en aras del bien común, difícilmente pueden resolver los problemas de un millón. Nadie tiene la culpa de esto. Unos porque dicen tener una oposición demoledora, otros dicen que el Gobierno no acepta colaboraciones, aquellos alegan que la derecha fracasó. Y puede haber más retahílas; pero en el silencio de los asturianos se masca que valoran este caos como una desconsideración y les parece un «¡A desamasar, que rompió el forno!». Cualquier día alguien con la valentía del obispo de Pittsburgh escribirá: «Asturianos, ¡a la mierda con vosotros!».