Nava, Mariola MENÉNDEZ

La sidra podría ser «la única bebida alcohólica probiótica». Esta fue una de las cuestiones que abordó el historiador Luis Benito García en una charla que ofreció en el Museo de la sidra, en Nava, con motivo de las jornadas organizadas sobre la historia, la cultura y la actualidad de la bebida asturiana. Esta actividad se enmarca en la programación del Festival de la sidra.

García explica que, al «no estar filtrada, quedan las bacterias vivas y, al producirse la fermentación maloláctica, son las mismas bacterias que las de los yogures y los productos lácteos fementados». Agrega que el investigador Luis Antonio García, en colaboración con la desaparecida Asociación de Lagareros de Asturias, se encuentra estudiando esta cuestión, ya que la sidra aportaría los mismos beneficios que se les atribuyen a los alimentos probióticos, aquellos que contienen microorganismos vivos y cuyo consumo tiene efectos saludables por su acción sobre la flora intestinal.

Luis Benito García también repasó la cultura sidrera y la evolución del ritual del escanciado y de los concursos. El primero de estos certámenes se celebró en San Agustín del Naranco (Oviedo), en 1953. Entonces el vaso era más grueso y con la boca más estrecha y el jurado sólo tenía en cuenta que se echaran cuatro culetes con la misma capacidad. No reparaban ni en el sobrante ni en el estilo. El concurso de escanciadores del Festival de la sidra ya era por aquellos tiempos un referente porque quien vencía se proclamaba campeón de España, mientras que el de Asturias era el triunfador en San Mateo (Oviedo).

El concejal naveto José María Osoro destacó la importancia de promover el turismo gastronómico, en el que se incluye la sidra, y propuso que los lagares sean productos turísticos, abriendo sus puertas al público. Asimismo, Osoro aboga por abordar una campaña de promoción de la bebida y su cultura.