Lugones / Pola de Siero,
Franco TORRE
La próxima implantación de la zona azul en Lugones y Pola de Siero continúa generando debate entre los hosteleros y los comerciantes de ambas localidades. Entre los lugonenses, la propuesta de «Los Trece», aprobada este jueves en comisión, produce un gran rechazo, ante el temor a que los clientes potenciales opten por desplazarse a las grandes superficies cercanas, donde no hay problemas para aparcar de manera gratuita. En la capital, en cambio, la medida se ve con mejores ojos, ya que todos son conscientes de que es preciso hallar una solución que permita un mejor aprovechamiento del suelo.
El rechazo a la medida entre los lugonenses no es algo nuevo. Ya en el mes de diciembre, se depositaron en el registro municipal un total de 5.095 firmas recogidas en Lugones y El Berrón contra la implantación de la zona azul. Esta campaña, impulsada por hosteleros y comerciantes de ambas localidades, no motivó sin embargo que el gobierno local reconsiderase su postura.
Ante el nuevo escenario, la asociación de hosteleros, que tres meses atrás mostraba su rechazo frontal a la medida, prefiere mantenerse al margen de la polémica y elude participar en el debate. Por el contrario, la asociación de comerciantes Asecol mantiene su rechazo frontal a una medida que considera puede ser muy perjudicial para sus asociados.
«Seguimos en contra de la zona azul, si se hiciesen aparcamientos disuasorios se podría comprobar que no es necesaria», afirma la secretaria de Asecol, Rosa María Vázquez. A su juicio, Lugones, donde se prevé habilitar 285 plazas de zona azul, es singularmente vulnerable a esta medida por la cercanía de las grandes superficies comerciales de Carrefour y Parque Principado. «Están echando a la gente a las grandes superficies. Si venir a tomar un café cuesta 20 o 30 céntimos más caro, los clientes se acabarán yendo a esas grandes superficies o a La Corredoria», señala Vázquez.
Asimismo, la portavoz de los comerciantes aprecia importantes perjuicios para residentes y trabajadores: «Una persona que trabaje en Lugones precisará de 115 euros mensuales, cuando hay cantidad de plazas de garaje que se dejan por tener que pagar 60 euros al mes», afirma.
En cambio, en la Pola, donde se prevé habilitar 379 plazas, comerciantes y hosteleros se muestran más proclives a la medida. «Veo cosas buenas y malas. Yo soy de los que sufren mucho el problema de aparcamiento, porque no vivo en la Pola. Pero también pienso que no estamos como para pagar por aparcar», señala Javier Quesada Peruyero, del grupo de Jóvenes Hosteleros de Pola de Siero, que trata de dinamizar la localidad.
En todo caso, Quesada considera que la medida puede descongestionar el centro, aunque pide más información sobre la gestión: «Aquí hay muchísima gente que coge el coche para andar por la Pola. Quizá con esta medida la gente lo coja menos. Y en cuanto a la gestión, me gustaría saber cuántos puestos de trabajo se van a crear y si serán de Siero», concreta.
En el seno de la asociación Comercio Local de Pola de Siero, en cambio, las reticencias son mucho menores. «No me parece mala idea. Tiene precios reducidos, más bajos por ejemplo que en Oviedo, y se bonifica a los residentes. Por lo menos, dinamizas un poco lo que es el aparcamiento», señala María Isabel Suárez, presidenta de la asociación.
La comerciante, en todo caso, distingue el caso de Pola con el de Lugones, donde entiende que la presión sobre el comercio es mayor. «Pero está claro que en Pola se necesita algo. Si vienes a las 12 del mediodía no hay donde aparcar, y los martes, por el mercado, te encuentras coches en todas las esquinas. O regulas esto un poco o se te va de las manos», sentencia.
«Estamos en contra de la zona azul; echa a la gente hacia las grandes superficies»
<Rosa María Vázquez >
Asecol
«Veo cosas buenas y malas, pero quizá así la gente coja menos el coche»
<Javier Quesada Peruyero >
Jóvenes Hosteleros de la Pola
«En la Pola se necesita hacer algo; a las 12 del mediodía no hay donde aparcar»
<María Isabel Suárez >
Comercio Local Pola de Siero
