Parejas jóvenes, con edades comprendidas entre 30 y 40 años, ambos miembros en paro y con dos hijos a su cargo. Este es el perfil más usual entre las familias que acuden a Cáritas Parroquial de Pola de Siero para solicitar ayuda a la entidad. Unas familias que se cuentan por decenas en la agrupación: cada mes, Cáritas atiende en la capital sierense a unas 85 familias, repartiendo así su ayuda entre unas 250 personas.

Junto a este perfil, en los últimos meses está cobrando auge el de los matrimonios de edad madura, que se quedan sin recursos por la crisis y no tienen suficiente respaldo económico. «Algunas de estas familias tienen la ayuda de 426 euros, pero si tienen que pagar una renta, se les va todo», explica el presidente de Cáritas en la localidad, José Ramón Paredes.

La ayuda de la entidad humanitaria a estas familias se concreta en comida, vales para que puedan adquirir alimentos en un supermercado y, en algunos casos, ayudas económicas para pagar recibos de renta y luz. Además, este mes se ha puesto en marcha una línea de ayudas para adquirir libros de texto y material escolar para los niños.

En paralelo, y merced a un convenio suscrito con el Ayuntamiento de Siero, Cáritas da de comer a entre 80 y 100 transeúntes cada mes. «En los últimos meses hemos notado que ha bajado el ritmo, que algunos veteranos ya no pasan por aquí. Quizá hayan tratado de volver a casa», explica Paredes.

Con todo, y aparte de la preocupación económica, en Cáritas preocupa la elevada media de edad de sus más de 30 voluntarios: «necesitamos que la gente joven nos ayude. Hay mucho que hacer», sentencia Paredes.