"Lo mejor de estos 50 años de sacerdocio es que me he sentido como una persona de utilidad, que podía servir y muy recompensado interiormente". Así resumió Carlos Capellán Montoto su medio siglo de vida sacerdotal antes del homenaje que le ofrecieron ayer en la iglesia de Amandi (Villaviciosa), a la que llegó hace 38 años como párroco. Hoy también es cura de Coro, Fuentes, San Pedro Ambás y Puelles.

Tras una eucaristía de acción de gracias, cantada por el coro de San Roque de Lastres, que se celebró en un templo repleto de fieles, se celebró un acto donde se sucedieron las palabras de recuerdo y sobre todo de agradecimiento al párroco.

"Ha sido una vida de entrega, servicio y acompañamiento", como la definió Capellán, que durante la homilía resumió ampliamente su infancia, formación y trayectoria.

"Dios es grande, bueno, se ha fijado en mí, me ama y me ha regalado el sacerdocio", señaló el párroco, que destacó: "he tenido la dicha de vivir esta experiencia de 50 años".

Nacido en Lastres el 13 de agosto de 1938, se incorporó al Seminario en 1952. Doce años después se ordenó sacerdote un 14 de marzo y comenzó siendo coadjutor en la parroquia de San Nicolás de Bari (Avilés) junto a Ángel Garralda, presente ayer en el homenaje. Después de cuatro años estuvo ocho en Namur y Vilvoorde (Bélgica) como capellán de emigrantes y tras esta etapa regresó a Asturias, recalando en Villaviciosa.

La Asociación de Mareantes le entregó una reproducción de una barca de pescadores, un diploma como socio de honor, además de la insignia, y representantes de todas las parroquias intervinieron mostrando su agradecimiento al sacerdote.