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JESÚS PALMEIRO | Jefe de la Policía Local de Carreño

"Nuestra Policía Local es la más formada, por delante de la de las grandes ciudades"

"Tenemos funciones muy concretas, pero asumimos muchas más; nosotros estamos para atender las necesidades de los ciudadanos"

Jesús Palmeiro. M. G. SALAS

Jesús Palmeiro (Mieres, 1955) es desde hace once años jefe de la Policía Local de Carreño, cuerpo en el que ingresó hace nada menos que 36 años. Desde Candás dirige una plantilla de 21 agentes, una de las mayores de Asturias en proporción al número de habitantes y también, según explica, de las más formadas. Todo ello convierte a Carreño en un municipio "seguro", con una tasa de criminalidad muy por debajo de la media regional y aún más de la nacional. Palmeiro, no obstante, es crítico con la situación actual de los policías locales y reclama una reforma de la ley de 1986 que regula sus competencias. "No es lógico que, por asumir otras funciones, tengamos que dejar de lado las nuestras", se queja. Aunque asegura que la colaboración con otras fuerzas y el servicio al ciudadano están garantizados.

-¿Qué balance hace, una vez terminado, del año 2014?

-La tasa de criminalidad, de julio de 2013 a julio de 2014, fue en España de 45,6, en Asturias, de 25,4 y en Carreño, de 17,5. Partiendo de estos datos, ¿qué cabe decir? Pues que estamos en un concejo seguro, amén de los incidentes extraordinarios que puedan ocurrir. Sufrimos, como en toda Asturias la plaga de robos, sobre todo de cable. Pero quitando eso... Mismamente en denuncias de tráfico no creo que ni hayamos llegado a las 500.

-¿Cambian mucho las cifras del invierno al verano?

-Sí, lógicamente. En municipios costeros como este, la mayor afluencia de gente se concentra en Semana Santa y en los períodos comprendidos entre julio y septiembre. Eso quiere decir que durante esos meses hay más maniobras y, por tanto, más intervenciones.

-¿De cuántos agentes dispone la Policía Local de Carreño?

-Hoy en día la plantilla la forman 19 agentes, dos subinspectores y un inspector. En total, 22. Somos uno de los pocos municipios asturianos que puede presumir de tener dos policías por cada 1.000 habitantes. Otros concejos se están peleando por conseguir una ratio de 1,5. Y, por otro lado, en cuestión de formación Carreño también está a la cabeza. Las estadísticas reflejan que nuestros agentes son los que más utilizan las instalaciones de la Escuela de Seguridad Pública. Estamos incluso por delante de grandes ciudades como Gijón, Avilés y Oviedo.

-¿A qué se debe esa situación?

-Principalmente a que los agentes de Carreño tienen interés por formarse. En ejercicios de tiro, por ejemplo, no hay ningún otro concejo que asista más a los cursos que nosotros. Y una de las principales herramientas que tiene que manejar un policía es, precisamente, la pistola. Muchos de los fallos que se ven por ahí son por falta de preparación. En ese sentido, yo me siento orgulloso de mi equipo.

-En la oferta pública de empleo que se acaba de convocar se plantean varias plazas de policía. ¿Quiere decir esto que la plantilla se va a ampliar?

-No, esa oferta va dirigida a parte de la plantilla que tenemos ahora mismo, que es interina. En concreto, hay cinco personas en esta situación. De todas formas, hay que tener en cuenta que en lo últimos quince años, en Carreño, hemos pasado de tener la plantilla más joven de Asturias a todo lo contrario. Más de la mitad supera los 50 años y eso motiva una regeneración.

-¿En qué tipo de operaciones interviene la Policía Local de Carreño?

-Yo soy un poco de la vieja guardia. Creo que los policías locales somos el cajón desastre de las fuerzas y cuerpos de seguridad. Y me explico. La Policía Local tiene unas funciones muy concretas, que regula la Ley orgánica de 1986, como son el tema de las ordenanzas, el tráfico en el casco urbano... Y, sin embargo, estamos asumiendo muchas más competencias. Esto surgió hace cuestión de veinte años, cuando los ayuntamientos empezaron a invertir y a exigir más a los policías. Como consecuencia de ello, empezamos a dejar de lado nuestras funciones. Y yo siempre dije lo mismo: si quieren dotarnos de más, entonces que reformen la ley, que, por cierto, ya tiene veintiocho años.

-¿Es necesaria esa reforma, entonces?

-Sí, lo que no es lógico es que sigamos en la misma situación de ahora. Porque la Policía Local de Carreño tiene que controlar el tráfico, vigilar si se está haciendo una obra sin autorización... Y si nos dedicamos exclusivamente a la seguridad ciudadana -que le corresponde a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, en el caso de Carreño, a la Guardia Civil-, lo nuestro no lo podemos hacer. Y eso es lo que no puede suceder. Ello no implica que si tenemos conocimiento de cualquier incidente, no vayamos a intervenir. Todo lo contrario. El ciudadano no tiene por qué saber en qué caso hay que dirigirse a un policía o a un guardia civil. Nosotros siempre estamos para atender sus necesidades.

-¿La mayoría de vecinos se dirige antes a la Policía Local que a la Guardia Civil?

-Sí, yo creo que nos encuentran más cercanos, pero porque la mayoría de los agentes que estamos aquí somos o vivimos en Candás. Entonces, el ciudadano, por lo general, conoce y trata al policía local. Digamos que los vecinos se sienten más cómodos llamándonos en primera instancia a nosotros. Y eso es lógico.

-Con la crisis, ¿ha habido deficiencias en la disponibilidad de medios?

-No, en los años que llevo como jefe, la relación entre la Policía Local y Ayuntamiento de Carreño ha sido siempre excelente. Aunque el período de 2009 a 2011 no fue fácil, ya que hubo manifestaciones por un tema salarial y yo tuve que luchar por el equilibrio entre ambas partes, los agentes y el gobierno. Pero, volviendo al tema de los recursos, no hemos tenido problemas. De hecho, ha sido en estos últimos años cuando más hemos mejorado nuestras dependencias y cuando hemos adquirido más vehículos. No obstante, también es verdad que en estos tiempos intentamos mirar más por las cosas.

-Y chalecos antibalas, ¿tienen suficientes?

-Tenemos dos vehículos patrulla, dotados de dos chalecos cada uno. Quizá lo ideal sería que cada agente tuviese un chaleco, pero también sería ideal tener un helicóptero o una central de tráfico con cámaras... Creo que hay que ser coherentes. Dotar a todos los policías de un chaleco sería un lujo. Y estoy convencido de que, en la mayoría de los casos, ni se pondrían.

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