El sindicalista lenense Sergio Álvarez renovó ayer la confianza de los afiliados de la Unión Comarcal de UGT y afrontará el que será su último mandato al frente de la organización en el Caudal. La asamblea ratificó la candidatura de Álvarez con un 91% de los votos. Tras doce años, el responsable sindical afronta estos próximos cuatro ejercicios con el objetivo de promover una transición tranquila en la fusión de federaciones de la central y en contribuir a la mejora de las condiciones de los trabajadores de la comarca.

Sergio Álvarez mostró ante los afiliados ugetistas su preocupación por la situación laboral en la comarca. Por una parte, se confesó decepcionado por que los fondos mineros no hayan conseguido paliar como se esperaba la caída del sector. Además, apuntó entre sus preocupaciones la precariedad laboral ya que, según dijo, "las personas están entrando en los puestos de trabajo con sueldos muy bajos, lo que nos lleva a potenciar la pobreza laboral".

Además, señaló que el Caudal no tiene más fuente de empleo que la industria. "Cuando llegan ciertos periodos, en algunas zonas el turismo palia la pérdida de empleo, pero en las comarcas mineras ese empleo no se cubre, ni siquiera en invierno con las estaciones de esquí". Además, hizo autocrítica, ya que apuntó a que los sindicatos deberían de haber sido más activos en las protestas contra los recortes del Gobierno durante los últimos cuatro años.

El congreso comarcal de UGT en el Caudal lo abrió el secretario general del SOMA, José Luis Alperi, quien invitó a los asistentes a poner ya la mirada en las elecciones del 26 de junio y a los que pidió el voto para el PSOE para contrarrestar las políticas del Gobierno popular, entre ellas la reforma laboral o la ley mordaza. También se refirió Alperi a la situación de la minería, cuyo futuro, "no pasa por el PP". Por último, hizo un repaso a dos señas de identidad de la comarca: el Montepío y a su rico patrimonio industrial.