Turón (Mieres),

Pablo ANTUÑA

El balonmano lleva casi dos décadas vivo en Turón, aunque como club se formó hace un par de años. Tradicionalmente, el Valle de Turón fue un referente en el trabajo con la base y llegó a aportar numerosos componentes a los combinados regionales. Pero ahora, con apenas tres equipos, el club lucha por sobrevivir y seguir ofreciendo una actividad deportiva.

El organigrama del Valle de Turón lo conforman tres personas que trabajan a destajo por mantener la ilusión del balonmano en Turón. Aníbal Rubén Díaz es el presidente, Jorge Cagide actúa de secretario y tesorero, mientras que Aquilino Joaquín Menéndez se encarga de labores de la dirección deportiva y de los entrenamientos.

Jorge Cagide reconoce que la situación actual hace que no puedan pensar en cotas más altas: «Los equipos que tenemos son los justos. Somos tres personas y tenemos que repartirnos y no podríamos casi tener más ahora porque además la zona tampoco da para mucho. Aunque por supuesto que nos gustaría ser un club más numeroso».

El club cuenta con una filosofía en la que la formación se antepone a los resultados. «Queremos que la gente haga deporte. No tenemos ninguna ambición deportiva. Nos gusta ganar como a todo el mundo, pero no marca nuestra forma de actuar», afirma Cagide.

Y es que su labor, hasta este año, la de promocionar el deporte de forma gratuita. Sin embargo, las dificultades económicas les han hecho replantear su filosofía para intentar buscar nuevos ayudas que les permitan seguir con vida. «Siempre fuimos un club gratuito. Trabajamos de forma altruista por el club. Hasta ahora absorbíamos los gastos, pero este año hemos tenido que pedir a los padres que nos ayuden», comenta Jorge Cagide.

El club sabe que vive en un entorno en la que población ha disminuido de forma considerable. Por eso no duda en tirar de hemeroteca para vender su club con los éxitos de un pasado muy positivo. «El encanto que podríamos haber vendido era que tuvimos unos grandes clubes y el hecho de aportar muchos jugadores a la selecciones regionales y con un gran nivel», dice el secretario del Valle de Turón.

La mayoría de los jugadores pertenecen al valle. Salvo en el caso del senior donde también cuentas con jugadores de Oviedo y Mieres. Este equipo, al ser el primero, permite realizar una valoración más allá del trabajo diario. «El senior cuajó una temporada relativamente buena. Tenemos quizás más potencial del que demostramos. El problema son los entrenamientos. No tenemos en el bloque en los entrenamientos y nos falta conjuntar el bloque. Muchas estudian, trabajan y tienen otros asuntos y dependemos de esos horarios», relata Cagide.

El club tiene como instalaciones el Polideportivo Municipal y el pabellón del instituto. Aunque no se quejan de los recintos, si recuerdan que en el caso del instituto no cuentan ni con luz ni con vestuarios. Y es que prefieren centrarse en potenciar una labor educativa. «Nuestra posible ambición está conseguida. Queremos que hagan deporte y que acabe el año y sigan con nosotros el año que viene. Tampoco es una tragedia el perder, ni tampoco debe ser un estímulo excesivo el ganar», señala el secretario del conjunto turonés.

Ahora, con el fin de temporada a la vuelta de la esquina, el Valle de Turón afrontará el Torneo «Principado». Y lo hará con una fórmula novedosa. Buscarán asociarse con el Villa de Mieres para competir juntos y probar una fórmula que podría garantizar la supervivencia de este deporte en el Valle del Caudal. «Nos uniremos los equipos de Mieres y Turón debido a la escasez de jugadoras para intentar conseguir salir el año que viene, si tiene que ser, los dos equipos juntos y evitar que desaparezca el balonmano en el Caudal», concluye Jorge Cagide, secretario y tesorero del Valle de Turón.