Oviedo, M. MARTÍNEZ

El Principado sigue con enorme preocupación las negociaciones en Arcelor-Mittal. Ayer mismo, y tras conocerse el cierre de Suzuki en 2013, el consejero de Presidencia, Guillermo Martínez, insistió en reclamar tanto a la empresa como a los sindicatos un «esfuerzo máximo para alcanzar un acuerdo». «Les pedimos que sean conscientes de lo que se juegan, no sólo las partes en conflicto, sino el Principado en su totalidad», afirmó.

Los sindicatos de Arcelor-Mittal no se dan por vencidos y mantienen su oferta de hacer concesiones a la multinacional siderúrgica para rebajar los costes laborales y evitar el «descuelgue» del acuerdo marco colectivo. La primera opción supondría aceptar «más flexibilidad» laboral, rebajar al mínimo la contratación de personal eventual, y una congelación salarial pero de carácter provisional, hasta que mejoren las condiciones del mercado. El «descuelgue» significa que la empresa rebajará los sueldos más de un 11% -se volverá a las tablas de hace cuatro años- y aumentará 12 días la jornada laboral anual, con el objetivo de reducir los costes laborales. En este caso, lo más difícil será recuperar después lo perdido.

La dirección de la multinacional y los representantes de los trabajadores se sentaron ayer de nuevo, pero ya en el plazo de consultas correspondiente al proceso de «descuelgue». La empresa entregó la convocatoria de la reunión de la mesa paritaria para hoy, y los sindicatos aprovecharon para insistir en buscar fórmulas para defender su oferta.

Las fuentes consultadas explicaron que durante el proceso de mediación, si se logra el acuerdo, la empresa puede paralizar el «descuelgue» en cualquier momento, de igual manera que puede optar por aplicar las medidas que plantea en cuanto finaliza el periodo de consultas.

Los representantes de Arcelor-Mittal ya advirtieron el pasado martes de que están dispuestos a aplicar la rebaja salarial y el incremento de la jornada en cuanto finalicen los plazos que establece la nueva reforma laboral. En este momento, dentro de una semana.

Las centrales sindicales temen que la falta de acuerdo con la empresa y la potestad que le otorga la nueva reforma laboral se traduzcan en el cierre inmediato de alguna instalación. En Asturias, además, está en juego el arranque del segundo horno alto de Gijón y la contratación de medio millar de eventuales en el verano, además de la repercusión en las empresas auxiliares.

«Hemos hecho muchas propuestas y la empresa se ha limitado a contestar que 'no'. La reforma laboral echa a los trabajadores a los pies de los caballos. La alternativa es o aceptas lo que yo digo o lo hago igual y lo pierdes todo. Hay que negociar y pensar en los miles de empleos que están en juego, con todas las familias que se pueden ver afectadas», resumió un representante sindical. Pero también coincidió con el argumento que las centrales sindicales vienen repitiendo desde hace varias semanas, y es que si en la empresa siderúrgica, con una profunda tradición negociadora, se rompe el diálogo social, el conflicto estará asegurado.

La dirección de Arcelor-Mittal ha insistido en el «deseo de alcanzar un acuerdo», pese a que el pasado lunes rompió la mesa de negociación para retomar el periodo de consultas del proceso de «descuelgue». Hoy habrá una nueva reunión.