El plan de ayudas a la rehabilitación de fachadas (incluidas las del plan especial del Muro) y el plan de mejora de la accesibilidad en las viviendas, el popular plan de ascensores, sufren un recorte más que sustancial: pasan de 8,3 a 6 millones en su totalidad. Una fórmula que busca adecuarse a la nueva realidad económica de las comunidades de vecinos, que en los últimos meses han preferido no meterse en obras, y a la historia de un programa que nació en 1996 de la mano de Izquierda Unida y que ya cumplió con su misión de promover la rehabilitación de las barriadas de la ciudad. El nuevo presupuesto incluye, además, el compromiso político de dar prioridad a las peticiones vecinales sobre accesibilidad en detrimento de las vinculadas al arreglo de fachadas.

El programa de zonas verdes, parques y jardines se lleva 1,7 millones en el anexo de inversiones municipal, otros 2,5 millones se van para el plan de inserción laboral y 1,6 millones se pueden encontrar en el epígrafe de educación física, deportes y esparcimientos, donde se sigue adelante con las obras de la piscina de La Camocha y el campo de fútbol del Arenal, al tiempo que se concretan pagos en maquinaria, mobiliario y utillaje del pabellón Coto-Ceares-Viesques y el módulo de atletismo de Las Mestas. El área de Promoción Económica mueve un global de 3,3 millones de euros para el desarrollo de nuevos espacios residenciales para empresas. Estos mismos programas tenían este año cuantías referenciadas de, respectivamente, de 2,2, 2,6, 8,9 y 3,1 millones de euros.

Parte de este bajón inversor en el presupuesto municipal se completa con los fondos extraordinarios que llegan a Gijón desde Madrid y Oviedo a través de los denominados, respectivamente, «plan E» y «plan A» contra la crisis que han diseñado los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y Vicente Álvarez Areces. Si el primer «plan Zapatero» trajo este 2009 a la ciudad 48,5 millones de euros que dieron para cuarenta actuaciones y la seguridad laboral de 1.400 personas, este segundo «plan Zapatero» queda rebajado a unos 29 millones de euros. En cuanto al novedoso «plan A», reporta a Gijón un grueso de 10,4 millones de euros de las arcas autonómicas, que se deben completar con otros 3,19 millones municipales para cumplir con los requisitos de la actuación. Así las cosas, y tras sumar las inversiones del Ayuntamiento, de sus empresas y de los planes extraordinarios anticrisis, se superan los 85 millones directos de euros de inversión. Este ejercicio presupuestario se superaban los 120 millones de inversión pura y dura y los 581 millones de fondos comprometidos en el desarrollo de la ciudad.

Al margen quedan actuaciones concretas lideradas directamente por el Principado de Asturias, como el nuevo Palacio de Justicia de La Bohemia, o por sociedades independientes como Gijón al Norte con su estación provisional de Sanz Crespo o la Zona de Actividades Logísticas e Industriales con su desarrollo industrial en San Andrés de los Tacones. O la propia ampliación de El Musel en su último tramo de desarrollo. A la espera están el metrotrén y la depuradora del Este.

Al nuevo fondo estatal para el empleo y la sostenibilidad local, el segundo «plan Zapatero», ha derivado el Gobierno de Paz Fernández Felgueroso alguna de sus actuaciones más singulares. Por ejemplo, y en dos partidas independientes de cuatro millones de euros cada una, se reubica el gran edificio de servicios sociales de El Natahoyo, que dará cobijo al Albergue Covadonga, Proyecto Hombre y Calor y Café. También paga Zapatero una nueva escuela para bebés en Nuevo Gijón, vinculada al Colegio Público Antonio Machado, y una pista de hockey en el entorno de Mata-Jove ya comprometida con las campeonas del Biesca. Proyectos de administración electrónica, de mejora del alumbrado y de ahorro energético se van sumando hasta llegar a los 23,8 millones de inversión del «plan E». Hay que recordar que otros 5,9 millones de este plan se destinan al pago de partidas de gasto corriente en el ámbito de la educación y los servicios sociales.

El Molinón es otro de los espacios singulares que seguirán en obras a lo largo del año que viene para hacer frente al compromiso político y presupuestario de ampliar la grada Norte, reformar el área de los vestuarios y mejorar la estética y comodidad de todas las tribunas. Al margen de los dineros públicos, sobre El Molinón hay un plan para recuperar, en el fondo, el proyecto de Ruta del Molinón para dar uso comercial a los bajos.