Á. CABRANES

«Fue mucho más fácil de lo que pensábamos al principio», reconoce María Bernardo. Esta alumna del instituto de la Laboral formó parte del medio millar de estudiantes que ayer concluyó en Gijón la fase específica de la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU). Un último día en el que se enfrentaron a exámenes de Biología, Matemáticas Aplicadas a las Ciencias Sociales o Electrotecnia para subir la nota de sus expedientes.

«Quiero estudiar Enfermería o Farmacia; en función de la califación final que obtenga, me decantaré por una u otra», afirma Laura Caso nada más salir del exámen de Química. A su lado, Cristina Fernández, compañera de clase en la Laboral que deberá esperar a septiembre para presentarse a la PAU, le asalta con infinidad de preguntas: «¿Son muy difíciles los exámenes?, ¿Cuántas cuestiones suelen hacer?, ¿Aprobarás?». Caso la calma de inmediato: «Los nervios los pasas el primer día, luego ya te vas acostumbrando. Ya verás como tú también lo consigues».

Su conversación se detiene para fijarse en los compañeros del bachillerato de plástica, que acaban de finalizar la prueba de Técnicas de exposición gráfico-técnicas». Sólo cinco jóvenes lo han realizado en la Escuela de Peritos. «La primera parte teórica era sencilla. Aglutinantes del óleo, disolventes del pastel...», explica Joshua Curero, estudiante del Menéndez Pidal de Avilés. Mismo centro en el que ha terminado el Bachillerato Carmen María Gutiérrez, quien luce en su rostro las consecuencias de la parte práctica. «Estaba tan concentrada que no me he dado cuenta de que me manché toda la cara con pintura», afirma a sus acompañantes con una amplia sonrisa.

Las últimas en salir del aula son Sandra González, Raquel Gómez y Noelia Machón, quienes todavía comentan cómo han interpretado «una fotografía de un cuadro de Matisse. Da mucho juego para usar diferentes técnicas», afirma Gómez, quien espera ir en septiembre a «las Universidades de Salamanca, Bilbao o Madrid para estudiar Bellas Artes». Será después de conocer, el próximo día 24, unas calificaciones finales en las que sólo la mitad de los gijoneses han optado por intentar elevarlas en la última fase de la PAU.