Un siglo y cuarto a medio gas: la reivindicación de los negocios en el Mercado del Sur de Gijón

El Mercado del Sur celebra 125 años con una buena parte de sus negocios reclamando darle un impulso: "Es un emblema poco aprovechado"

El Mercado del Sur, visto desde la plaza Seis de Agosto, ayer.

El Mercado del Sur, visto desde la plaza Seis de Agosto, ayer. / Marcos León

Pablo Palomo

Pablo Palomo

Un siglo y cuarto de vida, pero a medio gas en los últimos tiempos. Así celebran una parte importante de los negocios los 125 años de vida del Mercado del Sur, uno de los edificios con más carisma de la ciudad. Con más de tres decenas de tiendas, un buen puñado de ellas vacías, y con una primera planta todavía desierta después de que hace unos años fracasara una iniciativa empresarial privada para abrir un gran centro hostelero, los propietarios celebran la efeméride con sabor agridulce. Los precios de los alquileres, la falta de movimiento, sobre todo por las tardes, así como la ausencia de actividades complementarias los fines de semana para animar el cotarro son algunos de los debes que encuentran los propietarios de negocios a este corazón comercial para poder latir con más fuerza. "Es todo un emblema, pero se podría aprovechar mejor", comentan.

Sobre estas líneas, dos imágenes del Mercado del Sur históricas. | Muséu del Pueblu d’Asturies

Ángeles Fernández en su puesto de dulces. / Marcos León

Así lo cree, por ejemplo, Eva María García, que regenta una tienda de quesos en la que lleva nueve años. Ella precisa rápidamente que en el Mercado del Sur lleva en total 13, porque antes trabajó como dependienta. "Lo veo un poco triste, sobre todo para estar en el centro. Estuve en otros mercados y no tienen nada que ver con este", lamenta. Para ella, el precio de los alquileres y unos estatutos excesivamente estrictos juegan en contra de la buena salud del edificio. "La primera planta llevaba cerrada ya desde hace muchos años. Sería bueno darle otro enfoque. Se le podría sacar mucho más partido", expresó.

Por la izquierda, Ángeles Fernández en su puesto de dulces y, a la derecha, Ángela Lorenzo en su frutería, ayer. | Marcos León

Ángela Lorenzo en su frutería del Mercado del Sur. / Marcos León

Esta sensación que corre ahora por el Mercado del Sur no siempre fue así. El edificio abrió el 7 de mayo de 1899. La plaza donde se ubica el inmueble la impulsó el empresario José Las Clotas, que da nombre a una calle al pie del edificio, la que va desde el Seis de Agosto a la plaza de Europa. Abrió sus puertas en la floreciente época de Puerta de la Villa, tras un año de obras. Mariano Medarde, arquitecto municipal de entonces, firmó la obra. Una obra la de este mercado de abastos, que así fue como abrió, que se convirtió en un excelso ejemplo de la arquitectura de hierro. La estructura metálica del edificio, con forma de pentágono, la aportó la Fábrica de Mieres.

A lo largo de los años ha ido pasando por diferentes épocas de bonanza y de vacas flacas. Se trató, incluso, que fuera declarado monumento artístico. "El edificio es muy bonito, pero le falta gente. Hay que hacer más iniciativas los fines de semana", cuenta Ángela Lorenzo, dueña de una frutería, de vuelta al presente. No todos los comerciantes piensan, eso sí, de la misma forma. Ángela Lorenzo, dueña de una tienda de dulces desde hace 17 años, cuenta que "empecé con un puesto y ahora tengo tres. A mí cada año me fue mejor. Al final todo depende de uno mismo", finaliza una mujer que coincide con el resto en lo fundamental. Que el Mercado del Sur, pase lo que pase, es un emblema de Gijón.

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