El temor a un futuro sin térmicas llega más allá del puerto de El Musel. Las patronales del transporte por carretera Asetra y Cesintra, consideran que los cierres de las centrales térmicas de carbón serán "una pérdida muy importante" para el sector, obligando a varios centenares de transportistas a buscarse alternativas, como ya ocurriera con el fin de la época de las grandes obras públicas en Asturias.

Para el presidente de Asetra, Ovidio de la Roza, el probable cierre de centrales térmicas supondrá "una pérdida importantísima sin ninguna duda". Considera que los transportistas no pueden hacer nada ante el planteamiento de las compañías eléctricas que apuesten por cerrar las centrales térmicas de carbón. Lo único que cabe es adaptarse y buscar otras cargas. En ese sentido el presidente de Asetra señaló que aunque el fin de las térmicas "tiene fecha", su cierre debería de hacerse de manera "muy progresiva" para permitir que los transportistas vayan buscándose nuevas alternativas.

De la Roza señala que quien más perderá con el cierre de las centrales térmicas es el puerto de El Musel, "eso está claro, porque será una pérdida de tráficos de enorme trascendencia". Una quinta parte del tonelaje que mueve El Musel corresponde a las importaciones de carbón para las centrales térmicas de Asturias y el norte de León y Palencia.

El presidente de Asetra no se queda ahí, sino que se pregunta qué repercusión tendrá el posible cierre de centrales térmicas en una región como Asturias que cuenta con industrias electrointensivas como ArcelorMittal, Alcoa y Azsa y en la que se va a poner en servicio una nueva infraestructura, como son los túneles de Pajares, "con un consumo eléctrico altísimo". Asturias actualmente exporta energía. Pero si cierran las térmicas puede pasar a necesitar importarla porque "no creo que el eólico llegue a cubrir el hueco".

De la Roza también pone en duda que se vayan a reconvertir al gas actuales grupos térmicos de carbón, por el coste económico de la obra.

El presidente de Cesintra, Alejandro García Monjardín, también califica como "muy importante para el transporte la pérdida de las térmicas; sólo los viajes que se hacen a diario a Lada podrían ocupar la jornada completa a 30 camioneros".

Monjardín, a cuya asociación pertenecen las cooperativas que llevan el carbón a las térmicas, recuerda que "primero nos complicaron la vida los mineros y ahora si cierran las térmicas vamos a tener poco que hacer. Sólo nos quedará buscar por otro lado. Los cierres van a tener una influencia grande en el sector y significarán que mucha gente que ahora tiene camiones con bañeras para el carbón tendrá que pasarse al transporte de contenedores", pasando de hacer un recorrido habitual y cerca de casa a "sacar el camión a la carretera" y hacer rutas nacionales o internacionales. "El cierre de las térmicas va a ser un palo", concluye.

Un temor compartido con matices en la Cámara de Comercio de Gijón. "Todo cierre industrial nunca es una buena noticia, pero hay que entender que todo tiene que ir modernizándose", afirma su presidente, Félix Baragaño. "El futuro es ir hacia un mix energético", advierte a la par que reclama " una visión más global; esa energía se sustituirá por otras y el empleo se irá adaptando", confía Baragaño, toda vez que "es una situación que no es nueva, lleva muchos años planteándose un cambio de modelo".