Cangas del Narcea, Pepe RODRÍGUEZ

Un autobús de la empresa Bus Narcea, de Cangas del Narcea, fue quemado la semana pasada en la periferia de París (Francia), un área que en los últimos tiempos ha registrado numerosos disturbios. El vehículo cangués se encontraba allí con motivo del viaje de cuarenta alumnos del Colegio Amor de Dios, de Oviedo. Según cuentan los responsables de la empresa, los pirómanos entraron al autocar con intención de robar y, al marcharse, le prendieron fuego. Dado que estaba aparcado en la calle, en el barrio de Melun, al sudeste de la capital, el hotel en el que se alojaban los miembros de la expedición no tiene ninguna responsabilidad.

Esta zona de la capital de Francia estuvo hace dos años de actualidad cuando la Policía francesa persiguió y mató a un inmigrante. Se produjo entonces un estallido de repulsa a lo ocurrido que se convirtió en toda una revuelta social, en la que se llegaron a quemar 2.000 coches. Aunque con menor intensidad, en la periferia parisina siguen produciéndose actos vandálicos desde entonces. El día después de la quema del bus cangués se produjo otro incendio callejero en una pizzería al lado mismo del hotel.

La empresa actuó con toda la celeridad que pudo y envió un nuevo autobús hasta la zona para atender a los miembros de la excursión. Sólo tardó quince horas en hacerlo. Los alumnos tenían prevista esos días una visita a Eurodisney y el plan del viaje no se vio afectado. No obstante, para la empresa supuso un trastorno al destinar dos conductores para un solo viaje, más un segundo bus.

Nada de todo ello se compara con la auténtica pérdida, que sobrepasa los 200.000 euros. Luis Manuel Arias Arias, uno de los hermanos que dirigen Bus Narcea, se lamenta: «No tenemos mucha fe en que se pueda hacer nada. Igual salvamos el motor, pero poco más. Y tampoco esperamos nada de que los seguros lo cubran o que se pueda conseguir algo por la vía legal en Francia. Es un enorme palo».

Bus Narcea, a pesar de su gran crecimiento, no deja de ser una empresa mediana y lo ocurrido es todo un mazazo. «No hay más remedio que tirar para adelante, pero estamos absolutamente frustrados».